OPINIÓN

Raffaella Carrà estaría orgullosa: Chanel, a Eurovisión

Cualquiera de sus canciones ganaría hoy de calle el Festival. No habría mejor homenaje, y más bonito, para una diva intergeneracional como Raffaella que España ganara.

Raffaella Carrà estaría orgullosa: Chanel, a Eurovisión

No es mi intención descubrir a Raffaella Carrà. No soy tan osado. Era única y enamoraba a todos allá por donde asomaba. Lo hacía todo bien. En 2008 presentó 'Salvemos Eurovisión' en RTVE. Era su enésima contribución a la que era su 'otra' casa (España). Y a su público. La recordada edición del Chikilicuatre. Para 2022 la RAI pensó en ella como la madrina perfecta para Eurovisión. No llegó a tiempo. Desgraciadamente la polifacética artista nunca podrá presentar el Festival en Italia. Hubiera sido tan fantástico, fantástico el Festival. Qué dolor, qué dolor.

Tampoco es difícil llegar a la conclusión que cualquiera de sus canciones ganaría hoy de calle el Festival. Ni televoto, ni política, ni rumore, ni ná. Por su naturalidad, su vitalidad, su valentía, su espíritu optimista, su alegría, su descaro, su explosividad. La misma que tiene Chanel. Raffaella consiguió ser única. Chanel va a Italia a ser primera, nunca 'secondary'. No tiene imitaciones. Su tema 'SloMo' es brutal, le falta un clímax, pero ya encontrarán la manera. Es agotador y esperanzador verla moverse de manera tan sensual y provocativa. Está siempre ready. Ya tenemos lo primero. Ahora hay que crear para Turín el show perfecto, al más puro estilo haftime show de la Superbowl. Dejar boquiabiertos a los 180 millones de espectadores. Los eurofan tiene que ver en la Beyoncé de La Habana, a la alumna aventajada de Ruslana, de Eleni Foureira. Una ganadora, o casi. Chanel tiene que ir a disfrutar y explotar cabezas y decir a Europa, al mundo entero. Esto es España, no se confundan 'señores, señoras'. Romper cadera y romper corazones. España por fin ha dejado atrás el miedo y ha decidido ir a por todas. Una artista como Chanel capaz de ir, ejecutar y ganar.

No puedo dejar pasar la oportunidad de agradecer a Rigoberta Bandini lo que ha dignificado el Benidorm Fest. Su propuesta tan brutal, tan bella, tan inspiradora, tan hipnótica, tan empoderada, tan feminista hubiera merecido acudir a Turín. Qué amargura, a que sí Rigoberta. Ella era perfecta para guiarnos a la libertad. Que más da, paremos la ciudad.

El destino quiso que lo que más nos une a Italia (con permiso de Sergio Dalma) nos dijera adiós cuando el país italiano acoge el Eurovisión. Pero el destino es caprichoso. Ana Mena, esa nueva diva patria, compite en San Remo. Ese Festival de la canción que la misma Carrà presentó en 2001 tiene a Ana Mena como una de sus participantes. Caliente, caliente. Si Ana Mena hiciera historia y lo ganase, en su mano estaría, cantar en Eurovisión... defendiendo a Italia. Imagínense. Sería tan español. 53 años penando por no triunfar en Eurovisión, y lo gana una española para Italia.

Pero ojalá. No habría mejor homenaje, y más bonito, para una diva intergeneracional como Raffaella que España ganara, o que Italia ganase. Y como haría la misma Rigoberta: 'Chanel, escúchame: 'Ganar, ganar, ganar'. Y Raffaella Carrà estaría tan orgullosa. ¡¡¡Mucha vida al Benidorm Fest!!!