NEGOCIOS

Conor McGregor cambia un yate de lujo por un pub irlandés

El luchador es el deportista mejor pagado según Forbes, lo que le permite ciertas excentricidades como vender un yate de tres millones de euros para comprarse un pub.

Conor McGregor.

Conor McGregor (33) es una máquina de hacer dinero. Y de gastarlo. O desperdiciarlo. Según el cristal con el que se mire. La revista Forbes le ha ubicado como el deportista mejor pagado del mundo, por delante de Messi o Cristiano Ronaldo, tras embolsarse en un año 180 millones de dólares, de los que 22 corresponden a su actividad en la UFC.

El resto de ingresos, hasta 158 millones, se corresponden con las ganancias derivadas de sus negocios e inversiones. Con semejante poderío es normal que en ocasiones el irlandés no sepa que hacer y de lugar a situaciones inverosímiles para el común de los mortales. La última, según informa The Currency, es poner a la venta un yate de lujo que adquirió en 2019 por 3 millones de euros para comprar un pub.

En concreto, el luchador está en conversaciones para adquirir el pub O'Neill's ubicado en el corazón de Dún Laoghaire, un barrio costero próximo a Dublín, que está a la venta por 800.000 euros, la cantidad que pretende lograr por la venta del yate que tiene abandonado precisamente en el puerto de la capital irlandesa.

En 2020, el excampeón compró el pub Black Forge de Crumlin, su ciudad natal, tras desembolsar 2 millones de euros y se gastó un millón más para reformarlo y convertirlo en un gastropub, y pretende también expandir su imperio hostelero lejos de Irlanda. “Siento que es el comienzo. Los pubs de Irlanda son reconocidos en todo el mundo, así que abriré más negocios en otros lugares de Irlanda y en el extranjero con seguridad. Me apasiona la hospitalidad y el entretenimiento, y con Black Forge apenas estoy comenzando en este sector", asegura.

McGregor, que se está recuperando actualmente de la lesión que sufrió en su último combate contra Dustin Poirier, parece decidido a apostar por la compra de varios locales y diversificar así sus negocios, ya de por sí lucrativos, que complementa con sus acuerdos comerciales y de patrocinio.

Y si alguien se pregunta por qué va a prescindir de su yate Prestige 750, construido y personalizado exclusivamente para él, la respuesta es sencilla: porque tiene más. De hecho, en julio recibió su penúltimo capricho, un yate deportivo bautizado como Tecnomar Lamborghini 63.

Y es que la marca de superdeportivos, en colaboración con el fabricante de embarcaciones The Italian Sea Group, ha concebido una bestia de 4.000 CV. Inspirado en el Lamborghini Sián FKP 37, el juguete de McGregor es una auténtica maravilla. En palabras de Stefano Domenicali, jefe de Fernando Alonso en sus tiempos de Ferrari y director ejecutivo de Lamborghini hasta hace pocos meses, la asociación entre ambas compañías “agrega valor al producto final”.

“Si tuviera que imaginar un Lamborghini sobre el agua, esta sería mi visión”, añadía. Y McGregor convirtió esa visión en realidad por tres millones de euros. Hasta que se canse de él y lo cambie por lo primero que se le ocurra, que será más pronto que tarde.