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Qué fue de Claudia Schiffer: la modelo que detestaba la fama y conquistó el mundo

Marcó una época en las pasarelas junto a otras supermodelos como Naomi Campbell, Cindy Crawford, Carla Bruni o Helena Christensen, pero la alemana siempre estuvo por encima en el escalafón.

Claudia Schiffer.

Mito de los noventa, la historia de Claudia Schiffer está ligada a un momento especialmente próspero para la industria de la moda en el que las grandes firmas, inspiradas en tendencias de nuevo cuño, supieron responder con unos diseños que calaron hondo y que de manera cíclica vuelven actualizados y reinterpretados.

Pero gran parte del éxito que cosecharon esas firmas, y su influencia actual, se la deben a un grupo de mujeres elegantes que destilaban naturalidad y confianza sobre la pasarela. Hasta tal punto que su fama trascendió más allá del mundo de la moda: coparon portadas de infinidad de publicaciones, protagonizaron campañas publicitarias hasta la saciedad y llegaron incluso a coquetear con la industria cinematográfica.

Naomi Campbell, Cindy Crawford, Carla Bruni, Helena Christensen, Christy Turlington, Elle Macpherson o Linda Evangelista forman parte de ese grupo de elegidas a cuya cabeza siempre estuvo Claudia Schiffer. Con permiso del resto de sus compañeras es posiblemente la modelo más icónica y famosa de la historia.

Musa de grandes e importantes firmas como Chanel o Versace, la alemana fue descubierta en un pub de Düsseldorf en 1987 y desde entonces su escalada fue imparable. Desfiló también otras prestigiosas marcas como Dolce & Gabbana, Ralph Lauren y Valentino. Tal era su fama que se convirtió en la primera modelo en aparecer en las portadas de revistas como Vanity Fair, Rolling Stone y The New York Times, e incluso llegó a protagonizar la de Time.

Pepsi, Fanta o Citroën son algunas de las compañías que también se han beneficiado de su presencia más allá del mundo de la moda y muy comentadas fueron también sus incursiones en el cine en cintas como Blackout, Zoolander o Love actually.

En su década de mayor esplendor mantuvo una sonada relación de seis años con el mago David Coperfield, pero no fue hasta 2002 cuando se comprometió con el cineasta británico Matthew Vaughn, con el que tiene tres hijos. Precisamente su compromiso con Vaughn y la llegada de su primer vástago en 2003 supuso el punto de inflexión en la carrera de la alemana, que poco más tenía que demostrar.

En los últimos lustros, Claudia Schiffer, que nunca se ha llegado a desconectar de la industria de la moda, explota también su faceta como empresaria o productora ejecutiva de largometrajes, y se permite alguna que otra licencia. Como cuando en 2017, año en el que también publicó un libro, volvió a desfilar en el homenaje organizado a Versace en la Semana de la Moda de Milán junto a sus antiguas e inseparables compañeras.

En la actualidad, la alemana, que luce unos espléndidos 51 años, es comisaria de una exposición de moda (Captivate) con fotos inéditas de los años noventa y que ha sido inaugurada en el museo Kunstpalast de Düsseldorf, ciudad a la que Schiffer le debe mucho. Eso sí, no renuncia a la intimidad y el hermetismo que le ofrece la casa de campo en la que reside en el pueblo de Oxfordshire (Inglaterra). Pero a nadie debe extrañarle.

Nunca tuve la necesidad de estar en el foco de atención. Nunca lo vi como: ‘Quiero ser famosa’. Lo enfoqué más bien como: ‘Quiero ser buena y llegar a lo más alto’. Probablemente pensaban que era arrogante y fría, pero simplemente hacía mi trabajo y me iba”, aseguró recientemente a la revista Elle. Hasta que se fue definitivamente y dejó un vacío complicado de llenar.