El enigmático mensaje de Raquel del Rosario respecto a su vida personal

Raquel del Rosario lleva siete años afincada en Estados Unidos desde que decidiera dejar su carrera musical con ‘El sueño de Morfeo’ y su vida en España por amor tras conocer al productor Pedro Castro. Ambos pusieron rumbo al otro lado del charco para vivir una vida mucho más tranquila y alejada del foco mediático. Al poco tiempo de instalarse en Los Ángeles, la pareja pasaba por el altar en una ceremonia de lo más íntima donde solo estaban presentes ellos dos.

Tanto la cantante como el productor son usuarios muy activos en redes sociales, aunque intenta mantener a resguardo su vida más personal. Sin embargo, el pasado mes de agosto, Pedro Castro sorprendía en Instagram con una inesperada declaración de amor hacia Raquel en la que incluso llegaba a hacer pública una crisis que habían pasado recientemente. “Agradecido por el Ángel que apareció en nuestras vidas para mostrarnos que nuestra luz se estaba apagando”, expresaba el gallego. Una reflexión que fue muy aplaudida por parte de los usuarios ya que muchos de sus seguidores se sintieron identificados son sus palabras.

Unas semanas después de aquella profunda reflexión del productor, Raquel del Rosario ha sorprendido con un enigmático mensaje que preocupa a sus fans. “Hace algo más de un mes le pedía al universo que ordenase las cosas, algo que suelo hacer cuando no sé muy bien cómo manejarlas, cómo afrontar determinadas situaciones, acontecimientos, sentimientos, etc.”, comienza escribiendo la artista. La canaria explica que es una forma de rendirse y entregarse a lo que es para enfocar su energía en “atraer lo mejor”.

“Pero a menudo se me olvida que lograr un orden requiere de muchos movimientos. Cuando algo se mueve, se modifica, aparece o desaparece, provoca una sacudida en otro lugar”, continúa expresando junto a una imagen con uno de sus hijos. La exvocalista de ‘El sueño de Morfeo’ desvela que el pasado mes de agosto fue de “completar muchas líneas otra vez, con la sacudida correspondiente”. “La vida tiene una peculiar forma de mostrarnos y recordarnos las cosas, y no siempre lo hace de la forma más agradable”, confiesa.