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Qué fue de Daniel Day-Lewis: la leyenda de Hollywood que dijo basta

El británico está considerado como uno de los mayores talentos de la industria cinematográfica y pertenece al selecto grupo de actores que han logrado tres Premios Oscar.

Daniel Day-Lewis.

Pocos actores pueden presumir de la hoja de servicios de Daniel Day-Lewis. El actor, de 64 años, está considerado como uno de los talentos más importantes de la industria cinematográfica y aúna el reconocimiento más absoluto de la crítica especializada, que le ha encumbrado a lo más alto, y del público, que le ha venerado durante décadas.

Y es que estamos ante un intérprete que ocupa por derecho propio un lugar destacado en el olimpo de Hollywood tras recibir tres Premios Oscar como protagonista por sus papeles en Mi pie izquierdo (1989), Pozos de ambición (2007) y Lincoln (2012), siendo el único actor masculino que lo ha logrado. Solo Katherin Hepbrun, con cuatro estatuillas, puede presumir de mirarle desde un escalafón superior. Ingrid Bergman, Meryl Streep, Jack Nicholson y Walter Brennan están a su altura. Es decir, un elegido.

Además, se da la circunstancia de que ha sido un actor muy selectivo y apenas ha participado en una veintena de películas entre las que destacan, además de las mencionadas, El último mohicano (1992), En el nombre del padre (1993), Gangs of New York (2002) o El hilo invisible (2017), que a la postre ha supuesto su último trabajo hasta la fecha. Y el definitivo.

Y es que el actor, a lo largo de su carrera, ha asumido los intereses y desafíos físicos de cada personaje que interpretaba como si le fuera la vida en ello. Un proceso de inmersión que le ha supuesto un desgaste físico y emocional que acabó pagando.

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"No he descubierto por qué la tristeza vino para quedarse"

Daniel Day-Lewis

“Antes de rodar El hilo invisible, no tenía ni idea de que iba a abandonar la interpretación. Al terminar, tanto Paul -el director- como yo nos vimos inundados por un enorme sentimiento de tristeza que nos pilló por sorpresa. Hasta ese momento, ninguno de los dos fuimos conscientes de lo que habíamos creado. Fue duro vivir con ello… y todavía lo es”, explicaba el actor en una entrevista exclusiva concedida a W Magazine en 2017.

"No he descubierto por qué la tristeza vino para quedarse, pero está relacionado con mi decisión de dejar de ser actor. Hay algo de la responsabilidad del artista que se cierne sobre mí. Necesito creer en el valor de lo que estoy haciendo. El trabajo puede parecer vital. Irresistible, incluso. Y si una audiencia lo cree, eso debería ser suficiente para mí. Pero, últimamente, no lo es. Toda mi vida he hablado sobre cómo debía dejar de actuar, pero ahora es diferente. La decisión se ha enraizado en mí convirtiéndose casi en una compulsión. No quiero verme absorbido por otro proyecto", añadía.

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"¿Me siento mejor? Aún no. Tengo mucha tristeza. Y esa es la forma correcta de sentirse"

Daniel Day-Lewis

Y así, por un ejercicio de responsabilidad, por un hastío interpretativo y por convicción, uno de los mejores actores de la historia dijo basta. "¿Me siento mejor? Aún no. Tengo mucha tristeza. Y esa es la forma correcta de sentirse. Qué extraño sería si esto fuera solo un paso alegre hacia una nueva vida. Me interesó la actuación desde que tenía 12 años. Cuando comencé, era una cuestión de salvación. Ahora, quiero explorar el mundo de una manera diferente", zanjaba el actor.

En la actualidad, Daniel Day-Lewis, que siempre ha tratado de mantener un perfil bajo y no compartir demasiados detalles de su vida privada, disfruta de su retiro junto a su mujer Rebecca, hija del famoso dramaturgo Arthur Miller, en el condado irlandés de Wicklow y explota alguna de sus pasiones como el motociclismo, el boxeo o la carpintería, profesión para la que estudió en su juventud antes de interesarse por la interpretación. Es probable que el mundo perdiera un gran ebanista, pero ganó una leyenda del cine.