Belén Esteban responde a Campanario: "La única condenada aquí has sido tú"

Una de las batallas más mediáticas de los últimos años ha vuelto a resurgir, y de una manera que nadie esperaba. A través de las redes sociales, María José Campanario publicaba y posteriormente borraba una contundente carta en la que amenazaba y se despachaba contra Belén Esteban retomando las rencillas que mantuvieron en el pasado. Se refería a ella como "princesita barata" y "so boba", e insistía con amenazas como que quería llevarla al juzgado o con que es "un absoluto cero en nuestras vidas".

En su extenso texto, colgado a las cuatro de la madrugada, apuntaba contra la ex de su marido Jesulín de Ubrique con todo tipo de lindezas y una sonada amenaza: "Atentamente: la madre de los hijos de Jesús Janeiro Bazán, su mujer y la que podría acabar contigo y toda tu farsa. Créeme".

Como era de esperar, Belén Esteban no ha querido quedarse callada y ha respondido de manera igual de contundente durante su aparición en 'Sábado Deluxe'. "Yo no he sido un polvo de una noche. Por mucho que te pese tuve una relación con él, nuestra primera hija, sí, nuestra primera hija, de Jesús Janeiro y mía, fue una niña deseada con muchísimo amor y es lo que mejor que yo tengo en mi vida", comenzó expresando.

"He estado 18 años hablando de mi vida y de la vida de tu marido, porque fue una parte de mi vida, ahora no. Tengo derecho a hablar de lo que me dé la gana. Miguel trabaja, Miguel a día de hoy no le he visto en una exclusiva, así que a él ni le nombres. ¡Tú ni lo nombres!", continuó en referencia a los comentarios de María José sobre Miguel Narcos.

"¡Demándame! Aquí la única que ha estado condenada por algo has sido tú. No te equivoques, María José, sé por dónde vas... Basta de amenazas. Con mi hija tengo comunicación y amor, y ella lo sabe todo. Yo estoy curada, espero que tú te cures de la maldad que tienes", agregó. Y precisamente ha querido insistir con el tema de su hija Andrea: "A la niña ni la toques, ni la nombres. ¡Tú no! No tienes ni puta idea de ella, ni la conoces. Ni tú, ni su padre. No sabéis nada de ella, ni el nombre de su novio, de mi yerno. Y también está harta", espetó a voz en grito y mientras seguía alterándose irremediablemente. Por eso, para terminar sin estar fuera de sí, zanjó: "No te voy a insultar, pero lerda tú".