GASTRONOMÍA

La Clave, una gastronomía arquitectónica en tiempos de COVID

Un restaurante con la cocina regional como protagonista, con platos tradicionales, y que, tal y como indica su propio nombre, busca el equilibrio.

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Imagen del restaurante de La Clave.

Lo primero que llama la atención nada más cruzar el umbral del restaurante La Clave en la calle Velázquez es su maravillosa decoración en la que se fusiona un elegante clasicismo con una sobria decoración en su planta de arriba que choca con lo que nos encontramos al bajar las escaleras. Una auténtica maravilla. Una gran sorpresa protagonizada por arcos y paredes de ladrillo al fresco que guardan El Secreto de Velázquez, una carbonera original de 1895. Un entorno íntimo y exclusivo ideal para celebrar eventos privados o como hicimos nosotros tomar el primer vino con una tapa de patatas revolconas difícilmente superables. Un juego de sabores y texturas que nos enamoró y nos invitó a conocer su atractiva propuesta gastronómica.

La cocina regional por bandera

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El nombre del restaurante, La Clave, hace alusión a la dovela central de un arco o una bóveda cuyas caras laterales transmiten parte de las tensiones, equilibrando para evitar que se desplomen. Por eso tiene lógica que la esencia del local tenga como uno de sus objetivos primordiales buscar el equilibrio. En la carta cobra protagonismo la cocina regional. Platos tradicionales. De cuchara. Y un famoso cocido que sirven con el maravilloso champagne Tattinger. Una verdadera delicia que sin duda nos hará volver para disfrutarla en otra ocasión.

Su dueño, Tomás Gutiérrez con la ayuda de su hija Ainhoa han sabido formar un equipo de profesionales que conquistan al cliente. Un servicio ejemplar que transmite pasión y nos hacen sentirnos como en casa.

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En los fogones, el chef Pepe Filloa lo borda y en esta ocasión nos dio la bienvenida con un delicioso tartar de salmón con mayonesa de eneldo que dio paso a sus contundentes croquetas. Porque se trata de eso, de buscar el equilibrio y tras el ligero tartar aterrizaron en la mesa con una exquisita presentación unas sabrosas croquetas de rabo de toro y de pringá. Difícil decir cuál nos gustó más porque merece la pena probar ambas variedades. A continuación, saboreamos una cremosísima tortilla de puerros sorpresa con aceto balsámico y bacalao que nos conquistó de inmediato antes de pasar a probar una riquísima merluza con suquet y salsa de marisco. Luego nos agasajaron con otro de sus platos más emblemáticos, el rabo de toro al vino tinto con patata cremosa y tirabeques que una vez más constituye un acierto en toda regla con un equilibrado juego de sabores y texturas que engancha. Para finalizar, un maravilloso arroz con leche y una tarta de queso que merece la pena probar.

Un restaurante que demuestra que la clave está en el equilibrio y dónde se disfruta de la cocina regional sin tapujos. Sin miedos. Olvidando al menos durante un rato los duros momentos que estamos viviendo, y muy especialmente en el sector de la hostelería. No por ello podemos pasar por alto que en La Clave cumplen rigurosamente todos los protocolos para controlar el COVID y nada más llegar nos toman la temperatura y amablemente nos recuerdan que nos apliquemos el gel desinfectante antes de entrar y empezar a disfrutar porque de eso se trata.

La Clave Velázquez

Dirección: C/ Velázquez 22

28001 Madrid

Teléfono: 910532031

Web: https://restaurantelaclave.com/

Precio medio: 50/60€