Libertad condicional para un condenado por el asesinato del padre de Michael Jordan
Larry Demery fue sentenciado a cadena perpetua como uno de los partícipes del brutal crimen que terminó con la vida de James Jordan en 1993.
Larry Demery, uno de los condenados por el asesinato del padre de Michael Jordan en julio de 1993, ha conseguido finalmente que se le apruebe la libertad condicional y podrá salir de prisión en 2023. James Jordan, padre de la leyenda baloncestística, fue brutalmente asesinado a tiros mientras dormía en un área de descanso en Carolina del Norte tras asistir a un funeral. Su cuerpo fue arrojada por un puente en el estado vecino, y las autoridades no consiguieron recuperarlo hasta once días después.
Ya el pasado mes de marzo salió a la luz que Demery, de 45 años, había sido seleccionado por la Comisión de Libertad Condicional y Supervisión Posterior a la Liberación de Carolina del Norte. Ahora, dentro del 'Programa de libertad condicional de acuerdo mutuo' y basándose en su buen comportamiento, la institución ha decidido ratificar su decisión y el próximo 6 de agosto de 2023 podrá pisar de nuevo la calle.
Demery fue arrestado junto a Daniel Green y condenado a cadena perpetua por la muerte de James, declarándose culpable de asesinato en primer grado, robo a mano armada y conspiración para cometer robo en 1996. Y es que tras disparar al padre de Jordan, le robaron el coche, aunque en sus declaraciones posteriores defendieron versiones diferentes.
El hombre que acaba de recibir el anuncio de su próxima libertad, aseguró que el plan inicial era atar a Jordan para robarle el coche, pero que Green había optado por dispararle causando así su muerte. Este último no testificó en el juicio, pero su equipo legal defendió que Demery estuvo "influenciado por la policía para testificar falsamente" en su contra. Por si fuera poco, Green negó estar presente cuando dispararon a Jordan y admitió haber ayudado a deshacerse del cadáver.
Mientras su compañero en el crimen ha conseguido su ansiada libertad, Green continúa intentando que se reabra el caso y se celebre un nuevo juicio utilizando para ello unas supuestas declaraciones del presidente del jurado en las que aseguraba que había quebrantado algunas órdenes cuando visitó la escena del asesinato.