La vez que Ronaldo pidió un helicóptero y montó una pool party en una concentración
Defederico, excompañero del brasileño en Corinthians, detalló la facilidad del futbolista para organizar fiestas multitudinarias.
Ronaldo Nazario siempre se ha caracterizado por su divertida manera de entender la vida, disfrutando de cada instante ya fuera en el césped o alejado de él. Esta misma semana, Iván Helguera ofreció una pequeña muestra de cómo eran las fiestas que organizaba el brasileño durante su etapa en el Real Madrid: "Estuve en un cumpleaños (de Ronaldo) con mi mujer. Cuando empezaron a bajar autobuses de señoritas me dijo mi mujer que tirara para casa y a Figo igual. Fue en casa de Ronaldo, la que luego le vendió a Ramos. Cuando ganamos una Liga, hizo una fiesta importante y en esa sí que me quedé hasta altas horas de la madrugada", explicó.
La facilidad del delantero para organizar fiestas multitudinarias era casi tan pasmosa como la que tenía sobre el verde para marcar goles. Y ahora ha sido otro excompañero el que ha querido revelar una curiosa anécdota de cuando coincidieron en Corinthians, la última camiseta que visitó Ronaldo tras una exitosa trayectoria que curiosamente le llevó a clubes históricamente enemistados: Barcelona, Real Madrid, Milan e Inter.
Según confesó el centrocampista Matías Defederico en TNT Sports, se quedó totalmente alucinado con lo que vivió con 'R9' durante la pretemporada que realizó el equipo en 2009. "Estábamos en pretemporada, como a 300 kilómetros de donde vivíamos. Entrenábamos ese domingo por la mañana y a las 11 nos liberaban, teníamos libre hasta por la noche, hasta las 10 de la noche. Y el 'Gordo' decía: 'Yo aquí no me voy a quedar, ¿qué vamos a hacer?'. Y yo le dije: 'Gordo, hasta que vamos allá a San Pablo son tres horas, otras tres horas para volver, es una locura", comenzó explicando el jugador.
"Pero va y llama a un helicóptero y lo hace aterrizar en las canchas de entrenamiento. 'Vamos a mi casa', dice. Una hora en el helicóptero y llegamos a San Pablo. Y el helicóptero aterrizó en la azotea de su edificio. Eso lo dividimos, pusimos todos plata porque no era barato, imagínate, llamas y viene ahí", continuó relatando.
"Llegamos a la casa, y él obviamente tenía una seguridad privada que cuidaba de él, diez personas de inteligencia que lo cuidaban. Llegamos al edificio y le dice a uno de los de seguridad: 'Tú ve a comprar la carne, tú llama a Fulanito, tú llama a Fulanita, a Fulanita y a Fulanita'. Y en quince minutos armó un asado para sesenta personas y lo cocinó él. Mandó a comprar la carne, la bebida, y a la hora de haber entrenado estábamos haciendo una pool party. Es un fenómeno. El 'Fenómeno' es el apodo que le queda perfectamente a él", concluyó.
Ronaldo se responsabilizó de las consecuencias
La vuelta no fue tan sencilla y Defederico aseguró que tuvieron que regresar a la concentración en coche porque los helicópteros no podían volar de noche. "Se hizo tarde y me acuerdo de que el capitán decía: 'Ronaldo, tenemos que volver, que el entrenador Mano Menezes nos va a mandar a la mierda'. Y yo no vuelvo, yo no vuelvo y el capitán se fue antes para llegar en hora, a las 10 o las 11 de la noche. Y nosotros no sé, habremos vuelto a la 1 o las 2 de la mañana. Me acuerdo de que entramos en la concentración y nos estaba esperando Mano Menezes. Nos miró y el Gordo dijo: 'Mano, todo esto es culpa mía. Que los chicos se vayan a dormir que yo lo arreglo con vos'. Y al día siguiente no pasó nada", reveló.
Además de detallar cómo era Ronaldo fuera del césped, Defederico dio una muestra de la grandeza del ariete dentro del campo recordando el consejo que le dio en su primer partido con Corinthians: "Se me acercó, me puso el brazo encima, y me dijo: 'Jugá como lo hacías en Argentina, la presión acá cae sobre mí, jugá tranquilo".