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Bjorn Frantzén, elegido el mejor chef del mundo, dejó el fútbol por un problema de corazón

El sueco escala al primer puesto en los The Best Chef Awards Top 100, con Joan Roca, Dabiz Muñoz y el restaurante Disfrutar entre los cinco primeros.

Bjorn Frantzén, elegido el mejor chef del mundo, dejó el fútbol por un problema de corazón

El exfutbolista sueco Bjorn Frantzén ha sido nombrado mejor cocinero del mundo en la gala de 'The Best Chef Awards Top 100' que se celebró el pasado martes en la Universidad de Barcelona. Estos prestigiosos galardones son elegidos por los propios chefs y profesionales, y han tenido una gran representación española en los primeros puestos. Joan Roca, del Celler de Can Roca ha sido seleccionado en segunda posición, y Dabiz Muñoz, de DiverXo, tercero. En quinto lugar encontramos al restaurante barcelonés Disfrutar, mientras que Jordi Roca, hermano de Joan, ha vuelto a ser nombrado mejor pastelero del mundo.

Frantzén, por su parte, ha conseguido escalar posiciones respecto al año anterior (fue cuarto) y se ha situado en lo más alto del escalafón. Y es que su sueño de juventud no era ser chef, sino que pretendía dedicarse de manera profesional al fútbol hasta que se vio obligado a retirarse por un problema cardíaco congénito. Y eso que en sus primeros pasos en el mundo futbolístico ya destacaba y con tan solo 13 años ingresó en el AIK (Allmänna Idrottsklubben), uno de los clubes más grandes y de mayor importancia en Escandinavia.

Jugó en las categorías inferiores y más tarde en el equipo sénior, y hasta dejó la escuela a los 18 años para seguir jugando de manera profesional dos años más, hasta que le dieron la terrible noticia. "No era peligroso, pero significaba que no podía seguir jugando sin un marcapasos, y eso no quería", explicó en una entrevista en el South China Morning Post.

Sin embargo, su carácter hizo que esta situación tan solo fuera una oportunidad para explorar un nuevo mundo: "Siempre he sido bueno al convertir lo negativo en positivo. Mientras jugaba al fútbol, también iba a la universidad de hostelería: cocinar era siempre mi plan alternativo", confesó, temiendo desde tiempo atrás que su problema en el corazón pudiera terminar con su sueño de seguir siendo futbolista.

Servicio militar en Laponia y a la cocina

Después de cumplir con su servicio militar al norte de Suecia, con temperaturas de 40 grados bajo cero, supo que quería estar en la mejor cocina del país. Consiguió un trabajo con el chef Christer Lingström, el primer sueco en conseguir dos estrellas Michelín, y logró tener sensaciones similares a las de un vestuario de fútbol: "Fue el sustituto perfecto. Un grupo de personas que se unieron para actuar a un alto nivel y con altas expectativas".

Después de varios años viajando por Londres y París para conocer las recetas de algunos de los mejores chefs, le prometió a su familia permanecer en Suecia durante un tiempo, pero no contaba con una oferta irrechazable. "Cocinero en un barco de cruceros en la Antártida. Fue alucinante ver a los animales allí abajo. Difícil algunos días con olas de 12 a 14 metros de altura", explicó en la misma entrevista.

A su vuelta abrió su primer restaurante (Frantzén/Lindeberg) en el caso antiguo de Estocolmo junto a su socio Daniel Lindeberg y poniendo su apartamento como aval. Solo diez meses después ya tenía su primera estrella Michelín, y un año más tarde era el tercer restaurante de Suecia con dos. En 2013 abriría The Flying Elk y más tarde otro con el mismo nombre y Frantzén's Kitchen en Hong Kong y Zen en Singapur.

"Si lo hubiera sabido, me habría ahorrado muchas noches sin dormir. Tengo 42 años. Si hubiera sido futbolista, habría tenido que retirarme, pero para mí, las cosas acaban de comenzar", explicó el que a día de hoy es el mejor chef del mundo. No lo ha tenido nada fácil, puesto que durante mucho tiempo ha tenido que estar alejado de su familia. A su esposa Sara la conoció en la escuela y a los 13 años comenzaron a salir, dando lugar a una historia de amor que ya cuenta con dos hijos. Con más restaurantes y más personal al mando, disfruta de mucho más tiempo junto a ellos mientras intenta gestionar el éxito.