Así es Andrea Salas, el mayor apoyo de Keylor Navas
La esposa del portero del Real Madrid se ha convertido en una habitual de las expediciones blancas por Europa.
Entre los miles de presentes en el Santiago Bernabéu que ayer vieron el pase del Real Madrid a su tercera final de Champions League consecutiva se encontró un personaje habitual de cada uno de los partidos del equipo blanco en la competición. Adrea Salas, mujer de Keylor Navas, es un rostro que busca el anonimato y que ayer disfrutó de la victoria de los blancos como la que más.
Aunque Salas pasa desapercibida entre otras parejas de los futbolistas del Real Madrid como Pilar Rubio, Georgina Rodríguez o Sara Sálamo, lo cierto es que la de Costa Rica es una de las figuras más habituales en las expediciones del equipo fuera de España. La exmodelo no se ha perdido ninguno de los viajes que el equipo ha tenido que realizar durante esta temporada y que le han llevado a estar el 26 de mayo en Kiev.
Salas es el máximo apoyo de Navas, tanto en los malos momentos que ha pasado bajo los palos de la portería blanca como en los buenos, como el que ayer vivió el portero en el estadio madrileño. La pareja se conoció cuando Navas aún jugaba en el Deportivo Saprissa de la Liga de Costa Rica. Ella era una prometedora modelo que decidió dejar su carrera para buscar la tranquilidad que sigue llevando junto al portero.
Navas y Salas contrajeron matrimonio en diciembre de 2009. Años después nacería Mateo, su único hijo en común. En la familia también está Daniela, de 15 años, fruto de una relación anterior de Salas y a la que Navas considera como su hija.
El matrimonio dio el salto a España cuando Navas fichó por el Albacete Balompié en 2010. Tras una exitosa temporada en LaLiga 123, el portero costarricense haría de nuevo las maletas junto a Salas para mudarse a Valencia, donde permanecerían tres temporadas defendiendo los colores del Levante.
En 2014 y tras un exitoso Mundial en Brasil, Navas sería padre por primera vez coincidiendo con su fichaje por el Real Madrid. Desde entonces la pareja hace vida en la capital española, donde se apoyan de forma mútua en la religión y en la vida familiar.