Viudo oye mensaje de voz de su mujer 14 años después de muerta
Stan conservaba en su teléfono una grabación con el sonido de la voz de su mujer pero se perdió, así reacciona al recupararla
Cuando alguien querido fallece nos agarramos a todos aquéllos recuerdos que nos quedan de esa persona: su ropa, algún objeto que les gustase especialmente, fotos de momentos felices y, cómo no, vídeos o grabaciones de voz que nos acerquen de nuevo a ese ser querido.
Stan Beaton, un anciano cuya esposa, Ruby, falleció de cáncer hace ya 14 años conservaba en su teléfono una grabación con el sonido de la voz de su mujer, una de las cosas que más extrañaba de ella.
El mensaje de voz de Rudy estaba almacenado desde hace 10 años en la mensajería de Virgin Media. Por desgracia, Virgin tuvo que hacer unos ajustes hace unos meses que hicieron que el viudo perdiera la preciada grabación de su mujer, quedando totalmente destrozado.
El anciano, invadido por el anhelo de volver a escuchar la voz de su esposa, llamó a la compañía para explicarles lo que había ocurrido y estos le dijeron que era imposible recuperar esa grabación.
Un periodista de la BBC llegó un buen día a casa de Stan, este creyó que era para dar a conocer su triste historia pero fue entonces cuando le comunicó que una decena de personas había estado trabajando en Virgin para recuperar esa grabación. No te pierdas lo que pasó entonces.
Aunque las imágenes tienen algunos meses varios medios las han recuperado en las últimas horas haciéndolas virales. El vídeo cuenta ya con más de 600.000 reproducciones en YouTube.
El anciano explica al reportero que Virgin, la compañía ha hecho todo lo posible para recuperarlo . Cuando el reportero le dice que mucha gente ha estado trabajando para conseguir tener de nuevo ese mensaje, el hombre comenta que tanto trabajo habrá costado “una fortuna”
“¿Quieres escuchar el mensaje?” le pregunta entonces el reportero a lo que Stan le responde que sí, aunque le advierte: “no sé cómo reaccionaré”. Cuando suena el mensaje con la voz de Rudy, rompe a llorar de alegría: “Habéis hecho a un anciano extremadamente feliz” concluye.