Nadal vence a Fritz lesionado para meterse en semifinales
Nadal gana en cinco sets y 4h20 al estadounidense Fritz con una lesión abdominal y, si puede, se enfrentará a Kyrgios el viernes en semifinales.
Hablar de épica con Rafa Nadal de por medio es quedarse corto. Habría que inventar otra palabra que describa con mayor exactitud las cosas que es capaz de hacer el mejor jugador de siempre, digámoslo claramente. Porque qué otro tenista sería capaz de ganar un partido del máximo nivel en un Grand Slam, perdiendo por dos sets a uno, con 36 años, una lesión abdominal (cuarta vez que la sufre en su carrera) y otra crónica e incurable en el pie izquierdo. Así protagonizó una hazaña sobrecogedora, contra todo, desoyendo incluso el consejo de su padre, Sebastián, su hermana, Maribel, y su agente, Carlos Costa, que le pidieron que abandonara mediado el segundo set. El balear venció por 3-6, 7-5, 3-6, 7-5 y 7-6 (4) en 4h20 a Taylor Fritz, y jugará el viernes, si es que puede, las semifinales de Wimbledon. Si es así, su rival sería el australiano Nick Kyrgios, un enemigo temible en su mejor versión.
“No lo sé (cómo ganó). Disfruto mucho jugando esta clase de partidos. No fue fácil, así que estoy feliz de estar en las semifinales”, dijo Nadal, muy contenido. “El cuerpo está bien en general, pero en la zona abdominal, definitivamente hay algo que no va bien. En muchos momentos pensé que no podría continuar, pero la energía de esta pista me ha empujado”, confesó. “Lo primero es ver sí estoy listo para jugar. Nick es un gran jugador en todas las superficies y está haciendo una gran campaña de hierba. Tendré que estar al 100% para tener opciones”, afirmó sobre su posible duelo contra el díscolo australiano.
Y es que el dolor en el abdomen dificulta muchísimo el movimiento del servicio, aunque no tanto el resto de los golpes ni la movilidad. “Pero sacar con lentitud y luego acelerar es muy difícil”. Se lo dijo a AS Álex Corretja, que ‘algo’ sabe del asunto. Pues así jugó Rafa prácticamente durante todo el encuentro. Su media velocidad con primeros bajó de 183 Km/h en el primer set a 171 en el segundo y 165 en el tercero, con repuntes de 167 y 175 en el cuarto y el quinto. Aun así, se las arregló para sumar cinco aces y hacer siete dobles faltas. La mística que rodea a Nadal siempre le ayuda. No había perdido ni uno de los siete partidos de cuartos que había disputado en el All England Club, tampoco los siete en los que llegó a la quinta manga. Desde ahora son ocho en ambos casos.
La historia de un milagro
¿Cómo logro Rafa prevalecer en un día tan aciago? Tratemos de explicarlo. En primer lugar, porque es tan sumamente bueno que resuelve situaciones extremas con su basto arsenal de recursos. Ante la imposibilidad de sacar con fuerza debido al dolor que empezó a evidenciar mediado el primer set, cuando perdió la ventaja de un quiebre que había logrado de entrada, buscó más efecto, más bote y ángulos que dificultaran los restos del estadounidense de 24 años y 14º del mundo. Fritz sabía lo que era ganar a Nadal y, además, en circunstancias muy parecidas, puesto que le superó el pasado mes de marzo en la final de Indian Wells, con el español seriamente dañado por una fisura en una costilla. Rafa necesita moverle de un lado a otro, no dejarle golpear con comodidad, sobre todo de revés, su mejor arma. Así, en los momentos más negros del partido, cuando tuvo que marcharse a los vestuarios para ser atendido tras haber salvado un punto de break con el marcador e 3-3 durante el segundo set, mientras su padre le hacía gestos para que lo dejara, el ganador de 20 Grand Slams sobrevivió en pleno martirio.
“Esperamos un poco”
El tercer parcial se le escapó a Nadal, abatido y buscando descanso donde podía, por dos turnos de servicio que no pudo controlar ante un Fritz que también jugó con molestias, en el muslo izquierdo. “Esperamos un poco”, le dijo el manacorí al fisio cuando este le preguntó si necesitaba algo. En la cuarta manga, Nadal agregó las dejadas e incluso un ace a su repertorio, y en una montaña rusa de roturas, encontró la definitiva para llevar el duelo al quinto set. La igualdad imperó, apareció la fortuna para los dos, con bolas que tocaban la cinta y pasaban al otro lado de la pista. El 4-3 para Rafa fue un homenaje suyo al buen tenis: dejadita ganadora, revés cortado, volea... Por desgracia para él, no pudo hacer bueno el break y el partido se fue al no va más, el superdesempate. Nadal lo jugó de maravilla, con talento, fuerza y emoción. Irónicamente, el último punto lo obtuvo gracias a un gran servicio. El americano, que acarició la posibilidad de vencer a un titán en un Grand Slam, se marchó muy dolido. Pero Nadal se lo merecía.