Moro: “Mis padres fueron al límite para que yo pudiera jugar”
El madrileño de 23 años y 189º jugará el martes contra el británico Fearnley, su primer partido de Grand Slam. De origen humilde, vive “un sueño”.
Alejandro Moro (Madrid, 23 años y 189º del mundo) vive el “sueño” de jugar por primera vez en un Grand Slam. Después de ganar en la previa al brasileño Fonseca, al italiano Gigante y al bosnio Dzumhur, se enfrentará el martes en la primera ronda de Wimbledon al británico Fearnley, una oportunidad, porque se trata de un invitado con peor ranking que él (271º). Antes, Moro atiende a un reducido grupo de medios españoles después de ver unos minutos del entrenamiento de Carlos Alcaraz con el búlgaro Dimitrov.
Primera previa que pasa en un Grand Slam, que además es tan especial…
Mi torneo favorito desde que soy pequeño, sin duda. Era mi sueño ya solamente venir, incluso a poder verlo. Y jugar la previa ya solamente fue superemocionante para mí, como poder pasar el primer partido como fue, muy justo, muy cerca de ganar y también de perder. Y luego ser capaz de clasificarme para el cuadro final y entrar en este pedazo de sitio es increíble
¿Por qué siendo español Wimbledon era su torneo favorito?
Es el aura que ha tenido esto siempre para mí, además de que yo personalmente tiro un poquito más por Novak (Djokovic) y por Roger (Federer). Y que hayan hecho tanta historia, ganando tantos partidos aquí, siempre ha hecho que me motivara un poquito más este torneo. Jugar en hierba es superespecial, sobre todo para mí que he venido aquí sin tener prácticamente experiencia. Me ha gustado haber entrado al torneo, con otro tenis distinto, y haberme adaptado bien también. Eso lo hace más especial
¿Había competido antes en hierba?
Entré en la previa del ATP 250 de Mallorca el año pasado, en el último minuto, pero no pude entrenarme prácticamente y el partido que jugué (contra el ruso Roman Safiullin) no duró ni una hora (perdió por 7-5 y 6-1), así que muy poquito. Y la semana pasada estuve en la qualy en Ilkley, jugué dos partidos, pero uno lo tuve que hacer en indoor por lluvia y el otro duró una hora.
Ha dicho que es más de Novak, y puede ser que en segunda ronda juegue contra él si gana la primera.
No suelo mirar el cuadro y no lo sabía, pero oye, perfecto.
¿Cómo se define como tenista?
Tengo esa parte de garra española, con ese deje de jugar desde atrás y muchos tiros. Considero que es un poco mi identidad, la escuela española. No obstante luego, creo que a medida que voy creciendo como jugador, voy tirando bastante un poco más con mi saque y estoy aprendiendo aquí en la hierba, que te educa a terminar los puntos más arriba, en la red, y es algo más diferente a lo que es el tenis español. Eso me está haciendo mejorar bastante mi tenis y darme cuenta de las cosas que tengo que mejorar también para subir puestos en el ranking.
¿Cómo le cambia debutar en un Gran Slam, a nivel deportivo y también económico?
El dinero es otra cosa que no miro tampoco, me fijaré cuando vea mi cuenta (se ríe). Yo vengo de una familia en la que los medios no han sobrado nunca, así que poder también dar pasitos en ese aspecto es importante. El tema de puntos tampoco lo controlo mucho, pero sí es verdad que imagino que algún subidón en el ranking puedo pegar. Pero lo mejor es la experiencia de poder estar aquí, jugar con este tipo de gente, poder ver sus entrenamientos de cerca y sacar esos detalles para mejorar mi juego también.
¿Cómo ha llevado usted la pelea de rondar el Top-100, es tan duro como dice todo el mundo?
Depende del enfoque que le quieras dar. Hay dos tipos de jugadores, unos que vamos un poco más pasito a pasito, poco a poco, y luego otros que hacen un par de semanas buenas en el año, suben mucho en el ranking y van aguantando el resto del año. Yo soy de los primeros, más de poquito a poco, de ir creciendo y aumentando mi nivel poco a poco. Hace cuatro o cinco años empecé a jugar torneos profesionales, Futures y tal. Llevo dos años asentado en el circuito Challenger y voy dando estos pasitos para intentar estar sólido en los mejores torneos del mundo.
¿Su base siempre ha sido Madrid?
Soy de un pueblo pequeño, de Torres de la Alameda, al sur con Alcalá de Henares. Hasta los 17 años estuve en Madrid. Luego Emilio Sánchez Vicario me ayudó un montón. Me acogió en sus academias en Barcelona y en Florida, casi tres años, más o menos. De hecho, ahora, uno de los entrenadores que he añadido esta temporada (Boban Nikolenko) es de una de esas academias, lo conocí allí.
¿Cómo llegó al tenis?
Mi madre ha sido empleada de hogar siempre y mi padre, carpintero. No ha habido mucha afición al tenis y aunque todos en mi familia han sido deportistas, no lo fueron a nivel profesional ni muy en serio. Fue como cualquier niño al que le apuntan a un montón de deportes de pequeño. Yo hacía baloncesto y un día mi padre justo aparcó el coche delante de unas pistas de tenis. Y cuando íbamos a irnos a casa le dije, ‘ese deporte me llama un poco la atención, me apetece practicarlo’. Acto seguido, me apuntó y al mes siguiente ya empecé a jugar, a los nueve años.
¿Y con esos inicios humildes, cómo fue tirar para delante, viajar…?
Con una serie de sacrificios grandes por parte de mis padres, que se privaron de bastantes cosas para que yo pudiera jugar, llegaron a ir un poco al límite, pero apostaron desde el primer momento. También tuve suerte de que en la escuela de Alcalá de Henares, donde empecé, también apostaron por mí en cuanto a la parte económica, que nosotros no podíamos asumir. Y el otro entrenador que tengo (David Flores), tengo también ha apostado por mí desde el primer minuto. Todos han confiado en que yo tenía nivel para poder llegar a esta situación y que esa parte de apuesta que estaban haciendo por aquel entonces, más adelante la podrían recuperar.
¿Lleva una bolsa con bastantes cosas de la tienda de Wimbledon, ¿muchos regalos?
Es que aquí todo es nuevo para mí. Todo es increíble. A los jugadores nos dan como un welcome pack, con una tarjeta regalo de dinero para la tienda. Y quiero que todos mis amigos, que me encantaría poder traérmelos aquí, pero no se puede, por lo menos tengan un pequeño recuerdo y ojalá más adelante pueda traérmelos.
Quizá si juega en la segunda ronda contra Djokovic en la Central…
Ojalá (risas).
¿Quiénes son sus referentes?
Alcaraz es un ejemplo, y eso que es más joven que yo, pero lo es en todos los sentidos, por su carácter en la pista, por cómo transmite muchos valores del tenis y ese coraje y descaro que tiene. A quien estoy muy agradecido por cómo me ha tratado desde que le conocí es a Roberto Bautista. Le he seguido un montón siempre y me ha encantado cómo juega, me sentí identificado con él. El año pasado, en el Challenger de Valencia, tuve la oportunidad de jugar contra él y fue un momento increíble fue para mí, un antes y un después incluso en mi carrera y en mi vida.
¿Su carrera puede ser una referencia para usted?
Guardando las distancias, por el carrerón que tiene y ya ha tenido Rober, pero sí, me siento identificado porque no es un perfil como el de Carlos, que se mete superpronto entre los 100 primeros. Es más de mi filosofía de ir más poquito a poquito y con esa base de trabajo.
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