De Wimbledon a Wimbledon: la cronología de Djokovic
El jugador serbio vuelve a la final de un Grand Slam, la 32ª (el que más tiene), tras su derrota en el US Open del año pasado. En medio, Australia y muchas dudas.
Un año después, Novak Djokovic tendrá la oportunidad de defender su corona en La Catedral, donde podría conseguir su 7º Wimbledon y su 21º Grand Slam. Un año después, Novak Djokovic, cuya última final en un grande se produjo en el US Open del año pasado, ha vivido muchas cosas. Seguramente, demasiadas. Tanto a nivel personal como profesional, siendo estas dos realidades inseparables para el caso. “Mira, lo que sucedió en Australia ahora ya queda atrás. Han pasado seis meses de eso. Estoy muy contento de estar en otra final de Grand Slam (su 32º, siendo el que más tiene de la historia). Obviamente, el comienzo del año fue bastante turbulento para mí emocionalmente. No era algo a lo que me hubiera enfrentado antes”, reconocía el propio Nole tras superar a Cameron Norrie en semifinales. La negativa a vacunarse que le cerró las puertas de Australia provocó un terremoto en su camino, que todavía tiene interrogantes por delante, como el hecho de poder estar o no en el próximo US Open, a finales de agosto. Casi 365 días redondos (se impuso a Matteo Berrettini el 11 de julio y se enfrentará a Nick Kyrgios mañana, día 10) difíciles de compendiar, pero con fases muy marcadas.
Medevdev aparta el 21º
Antes de la explosión en Australia, Novak Djokovic recibió un duro revés deportivo. Como ahora, estaba a un paso de su 21º Grand Slam, a un partido de ponerse por delante de Roger Federer y Rafa Nadal (que firmaría el honor en medio de su pesadilla), pero se quedó a las puertas. Sus lágrimas tras la final del US Open no engañaban: el peso de la historia, que no pudo soportar, hacía de la derrota, ya dolorosa de por sí, un martirio. Daniil Medvedev, con un triple 6-4, destruyó sus aspiraciones en dos horas y cuarto. Fue en septiembre, hace sólo diez meses, y el terremoto estaba a punto de llegar. No sólo para él, también para el propio Medvedev, excluido de Londres. Imagen de un mundo que avanza acelerado y no siempre en la dirección correcta.
Adiós al Open de Australia
Y boom. Djokovic no puede participar en el primer Grand Slam de 2022. “Me parece increíble que la sociedad te juzgue basándose en una vacuna”, decía Nole, en octubre, al medio serbio Blic. El 16 de enero, la justicia australiana ratificaba su deportación tras un extenso y ultramediático proceso judicial. El día 4 del mismo mes, Novak anunciaba a través de sus redes sociales que se dirigía al país oceánico, que requería la pauta contra la COVID para entrar, gracias a una exención médica (recogida en una carta del director médico de la Federación Australiana de Tenis, según el tenista) con la intención de defender el título ganado en 2021. En la frontera, era retenido por las autoridades locales, dando inicio a la batalla judicial y social, en la que el padre de Djokovic llegó a comparar a su hijo con Jesucristo. Muchas pruebas, contradicciones y dudas después, se confirmaba su salida forzosa del país.
Vuelta a las pistas... sin trono
Del 3 de diciembre, en la Copa Davis, al 21 de febrero, Djokovic no compitió. El serbio reapareció en el ATP 500 de Dubái, con victoria ante Lorenzo Musetti, 36 días después de su deportación en Australia. “¡Nole, Nole!”, gritaba el público, ansioso de ver al, por aquel entonces, número uno del mundo. En los Emiratos, sin embargo, el serbio terminaría perdiendo el trono del ranking tras caer ante Jiri Vesely. Necesitaba alcanzar, al menos, las semifinales del torneo para retenerlo, pero la falta de ritmo le pasó factura. “Necesito partidos. No he tenido muchos encuentros en los últimos meses. Veremos qué pasa. Cuando tenga la oportunidad de poder jugar, lo haré. Espero que sea pronto”, declaraba tras la derrota. Sólo tres semanas después, recuperaría un número uno que, desde Roland Garros, ya no tiene en su posesión. Y que tardará en poder recuperar: tras Wimbledon, será 7º.
Dudas hasta Madrid y Roma
En Montecarlo, su primer gran prueba de la temporada, Djokovic se despidió en primera ronda tras caer ante Alejandro Davidovich, a la postre finalista ante Stefanos Tsitsipas. En casa, en el ATP de Belgrado, Nole tampoco pudo estrenar su contador de títulos, cayendo en la final ante Andrey Rublev con rosco incluido y aludiendo a una “enfermedad” que no era la COVID, según el propio tenista, pero que “afectaba a cuerpo y metabolismo”. Muchas dudas, fruto del inicio tardío de su temporada, hasta que llegó Madrid, donde cayó en la semifinal ante un Carlos Alcaraz intratable que sólo le pudo vencer en el tie-break del tercer set. El primer trofeo de la temporada se sentía cerca y Roma le dio forma. En Roland Garros, otra derrota dentro de los parámetros normales, ante Rafa Nadal. Maquinaria engrasada y preparada para un Wimbledon que, revalidando la corona, le puede hacer campeón de un grande otra vez, un año después. Sería el 21º, uno más que Federer y uno menos que Nadal.