Sabalenka, en el gran año que le puede aupar al uno

“No estoy centrada en la clasificación, para ser honesta. No reviso dónde voy a estar después de Nueva York. Solo trato de concentrarme en mí misma. Y sé que, si en cada torneo puedo jugar mi mejor tenis y llevar este espíritu de lucha a cada partido, podré convertirme en la número uno del mundo nuevamente. Intento mejorar como jugadora y como persona. Y sí, ojalá algún día me vea en lo más alto del ranking”, dijo Aryna Sabalenka tras ganar el sábado en la final del US Open a la estadounidense Jessica Pegula. Un triunfo en dos sets (el 46º del curso) que le permitió ganar su tercer Grand Slam, segundo en 2024 (se llevó el trofeo por segunda vez consecutiva en Australia), algo que ninguna otra tenista ha logrado esta temporada.

Aún así, a causa, entre otras cosas, de su ausencia por lesión en Wimbledon, la bielorrusa de 26 años sigue segunda, por detrás de Iga Swiatek, en la clasificación, a 2.169 de la polaca. Una distancias que no es insalvable porque hay 4.000 putos disponibles en cuatro WTA 500 y dos 1.000. Sabalenka ha sumado 3.000 en menos de tres semanas, porque no acudió a los Juegos Olímpicos y triunfó también en Cincinnati; mientras que Swiatek, que sí estuvo en París (fue bronce), ha añadido 580 en el mismo tiempo. Aryna defiende 215 de aquí a las Finals, Iga, 1.100. Y en la carrera les separan solo 409.

Una de las claves del ascenso de Sabalenka, que fue líder del ranking durante ocho semanas en 2023, es su mejorada resiliencia para evitar, por ejemplo, que le sucediera lo mismo que cuando perdió la final del US Open el año pasado contra la americana Coco Gauff. En aquella ocasión, el ambiente pudo con ella. Ante Pegula, lo transformó en energía y motivación para seguir atacando. “Sé que tengo que ir a por todas”, explicó. “Hace mucho que decidí por mí misma que en esos momentos importantes tengo que dar el golpe. Y sé que la pelota va a entrar”. Con el paso de las temporadas, Sabalenka ha afinado la puntería. Comete menos errores, empezando por las dobles faltas, que antes eran un lastre para ella. Y a la potencia media de la mejor derecha de todo el US Open (129 km/h), superior a las de Alcaraz (127) y Sinner (126), que le ha proporcionado una media de 29 golpes ganadores, se une ahora una pericia notable cerca de la red. Así es casi invencible.

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