Nadal pasa de la ansiedad al alivio en el US Open

“Estoy con mucha ansiedad”. Eso fue lo que dijo Rafa Nadal a su equipo con 30-40 para Fabio Fognini en el cuarto juego del segundo set. El balear transmitía sensaciones alarmantes, con un montón de errores no forzados y una precipitación inusual en él. “Ya saldrá, ya saldrá”, le decía su entrenador, Carlos Moyá, sobre algún aspecto del plan de juego. Tras un set y medio realmente lamentable, afortunadamente para él y, gracias también, en parte, a la frecuente indolencia del italiano, Nadal supo enderezar el rumbo y remontar para ganar por 2-6, 6-4, 6-2 y 6-1 en las 2h43 de un partido realmente horroroso. “Cuando iba por abajo, pensaba que tenía que intentar jugar un poco mejor, hacerlo peor era difícil. Quería sentirme yo mismo en la pista, metí unas bolas y quería estar en el partido, porque durante una hora y media no competí. Ha sido uno de los peores inicios de siempre, probablemente. Pero es parte del juego, y tienes que ser humilde, no han sido meses fáciles para mí. Ahora tengo otra oportunidad, seguir con vida después de un partido así significa mucho”, reconoció.

Para colmo, en el 3-0 de la cuarta manga, el ganador de 23 Grand Slams tuvo un accidente rocambolesco. Al lanzar un revés bajo, la raqueta le pegó en la nariz tras rebotar en el suelo. Entre el impacto y el susto, al ver que estaba sangrando, Rafa se mareó y tuvo que ser atendido en el suelo para detener la hemorragia con un esparadrapo y que se le pasara la zozobra. Antes, en el segundo set, había tenido que quitarse la tirita y echarse polvos de talco en el dedo índice izquierdo. Todo lo que sucedió en el encuentro fue un tanto esperpéntico. Lo único que lo salvó fue el pundonor de Nadal para sobreponerse y dar lo mejor que tenía, incluso después del involuntario porrazo que se propinó. En tercera ronda, se enfrentará el sábado al francés Richard Gasquet, que eliminó al serbio Miomir Kecmanovic y tiene un historial negro contra su coetáneo: 0-17. “Nos conocemos muy bien, jugamos desde los 12 años y le respeto. Es un gran tipo y será un desafío para mí, no importa el pasado. Tendré que jugar un poco más como estoy practicando”, dijo el número tres del mundo sobre su próximo compromiso.

A trancas y barrancas, pero con dignidad de campeón, Nadal sumó su 66ª victoria en el US Open (1.065 de su carrera en total), con la que ocupa el séptimo lugar en la lista histórica de la Era Open (desde 1968), ahora en solitario por delante del mítico John McEnroe (65), con quien es más que posible que tuviera unas palabras después de la polémica pregunta que le hicieron en la rueda de prensa posterior a su debut contra el australiano Hijikata, sobre un supuesto trato de favor hacia él de los jueces de silla en cuanto a la regla del tiempo de saque, en la que involucraban al americano como instigador de esa sospecha. Al mismo tiempo, el triunfo le supone a Nadal ser el primer clasificado matemáticamente para las ATP Finals de Turín.

Balance positivo

Uno de los detalles positivos del partido es que pasó de cometer 24 fallos hasta el 4-2 en contra del segundo parcial (había perdido seis veces el saque), a sumar solo otros tres, de ahí al 1-0 a su favor en el tercero. Y también, que cuando encontró cierta solidez, Fognini, con un vendaje en el tobillo derecho, ya no fue rival para él. Con esta, se han enfrentado 18 veces. Y el balance lo domina el manacorí por 14-4. A veces, la historia cuenta, y la grandeza ya, ni digamos.