Párrizas también puede con Potapova para repetir 3ª ronda
La española de 31 años y 77ª del mundo ganó con brillantez a la rusa, de 21 y 45ª. Se enfrentará el sábado a la croata Vekic (26 y 60).
En ausencia de Paula Badosa y Sara Sorribes, bajas por lesión, y Garbiñe Muguruza, eliminada en su estreno, el tenis femenino español está muy bien representado en el Open de Australia. Dos jugadoras, Cristina Bucsa y Nuria Párrizas, que no son las que mejor ranking tienen, han conseguido meterse en la tercera ronda con victorias ante rivales que también las superaban en ese aspecto. Bucsa (25 años y 100ª) ganó el miércoles a la campeona del US Open 2019, Bianca Andreescu, y Párrizas (31 y 77ª) se deshizo de Anastasia Potapova, rusa de 21 años y 45ª, que venía de eliminar a otra ganadora en Nueva York (en 2017), Sloane Stephens.
La granadina venció con momentos de brillantez, en dos sets (6-3 y 6-2) y 72 minutos, y el sábado se enfrentará a la croata Donna Vekic, que se impuso a la favorita número 18, Liudmila Samsonova (6-3 y 6-0). “Hablaré con mi entrenador más tarde y aprovecharemos para prepararlo. Será un partido muy duro, pero habrá que darlo todo para complicarlo”, argumentó la andaluza. Es el segundo año consecutivo en el que Nuria alcanza el tercer escalón del torneo, aunque en 2022 no tuvo que jugar para conseguirlo en el segundo, porque la que iba a ser su rival, la belga Maria Zanevska, renunció por lesión. “Al final saqué un buen partido. Ayer (el miércoles) hacía frío, aire y lluvia, mientras que hoy (este jueves) era sol y sombra. Es más saber adaptarse que otra cosa. Estar fuerte de cabeza es lo que más me ha ayudado”, dijo Nuria.
El Slam aussie es el único en el que Párrizas ha logrado ganar partidos hasta el momento, y las condiciones, como explicó después de vencer también en dos mangas el miércoles a la brasileña Beatriz Haddad Maia (14ª), le favorecen en las pistas exteriores, muy rápidas. La clave en esta ocasión fue su precisión y buen trato de la pelota, que le llevó a acumular solo 11 errores no forzados, en contraposición a los 30 de su oponente.
Evolución y tranquilidad
“Sinceramente, ahora me siento una jugadora completamente diferente. Te diría que he aprendido de mis errores y probado lo que me va bien y lo que no. No te diré exactamente qué es lo que he cambiado porque no quiero dar muchas pistas, pero sí que es verdad que el cambio me ha ayudado a ser mejor profesional”, explica Párrizas, una tenista a la que le gusta, “la tranquilidad”.