Número uno para rato
Jannik Sinner, con una ventaja muy amplia sobre sus perseguidores en el ranking, se ha fijado como objetivo mejorar en la tierra y en hierba. Solo el TAS puede inquietarle.

Con el semblante sereno y una media sonrisa que apenas varía gane o pierda, Jannik Sinner madrugó este lunes para cumplir con la tradicional sesión fotográfica reservada a los campeones del Open de Australia, por lo general, en uno de los muchos entornos naturales de los que goza la población de Melbourne. El lago Albert Park fue el escenario elegido en esta ocasión, con el perfil urbano de la ciudad como fondo.
“Tuvimos una cena agradable con todo el equipo, y también estuvo aquí mi hermano (Mark). Lo pasamos muy bien juntos, que es exactamente lo que necesitábamos”, reveló el italiano. “Fue bonito cerrar esto solo con nosotros”, añadió el ganador de tres Grand Slams y número uno del mundo, que se mantendrá en la cima durante muchos meses, como mínimo hasta el US Open (25 de agosto al 7 de septiembre). Salvó que medie alguna lesión, una inesperada racha de derrotas o un resultado desfavorable de la apelación de la Agencia Mundial Antidopaje contra la resolución de inocencia del doble positivo por clostebol que dio en marzo de 2024.
Jannik tiene una ventaja sideral sobre sus perseguidores en la clasificación. El número dos, Alexander Zverev, está a 4.195 puntos. Y el tres, Carlos Alcaraz, a 4.820. Hasta el major estadounidense, el transalpino defiende 5.000, el alemán 4.580 y el español 5.560. El resto, incluido Novak Djokovic, séptimo a 7.930, ni sueñan con el liderato. Así que Jannik podrá centrarse en intentar mejorar en las dos superficies que aún no domina con tanta autoridad como la pista dura: la tierra batida y la hierba. En cemento, es el mejor, indiscutiblemente. Ha ganado 36 de sus últimos 37 partidos. El único capaz de derrotarle en este periodo ha sido Alcaraz, en la final de Pekín. Podría decirse que el murciano es más completo que él, porque de sus 16 títulos, cinco son en pista rápida, ocho en arcilla y tres en césped; mientras que 17 de sus 19, Sinner los cosechó en canchas duras, con Umag 2022 (tierra) y Halle 2024 (hierba) como variantes.
“Por supuesto, en pista dura me siento más cómodo. Creo que eso se nota. Pero lo tomo como algo positivo, porque en las otras superficies todavía tengo que mejorar, tengo que ver cómo funciona (su tenis). Voy a poner mucha energía en eso, tratando de encontrar las formas adecuadas y, con suerte, llegar lejos también en los otros Grand Slams (Roland Garros y Wimbledon). Todavía soy joven y creo que tengo tiempo para adaptarme, especialmente en césped, porque nunca jugué en júniors. Era algo nuevo cuando llegué al circuito. Eso me gusta. Las dificultades que supone intentar entender dónde puedo mejorar. Ojalá pueda demostrarlo cuando lleguen las temporadas”, dice el pelirrojo, que es consciente de que, para mantenerse en la cima, tiene que ser “un jugador completo”. “No solo en una superficie, sino también en las otras dos. Creo que el año pasado no fue una mala temporada en absoluto, tanto en tierra batida como en hierba. Puedo hacerlo mejor, sí, pero veremos. Nuestro objetivo es entrar en ese ritmo, en ese estilo de juego, porque es un estilo de juego un poco diferente, especialmente en césped, porque el movimiento es distinto”.
Esquí y equilibrio
Acerca del movimiento al que él alude y que ha sido uno de los factores que le han hecho imparable en el Open de Australia, su entrenador, Simone Vagnozzi, destaca dos aspectos relacionados. “A veces, cuando alguien habla de Jannik, se refiere únicamente a su golpe de fondo o a su potencia. Pero para mí, la clave es que es capaz de hacerlo bastante rápido (no suele dejar que la bola baje después de bota, sino que le pega cuando sube), un talento realmente importante para un jugador de tenis y de otros deportes. Creo que mucho de eso es natural. Podría ser un buen esquiador o un buen jugador de fútbol. Por suerte, eligió el tenis. Este año no ha esquiado, pero es tan bueno que, probablemente, no le pase nada. Creo que el equilibrio que se tiene al esquiar es algo que puede ayudar. Es el punto que el esquí le aporta al tenis”.
Sinner tiene asombrado a todo el circuito. Es el rival a batir, una gran motivación para Alcaraz en su rivalidad y un ejemplo de cómo se puede mejorar con trabajo y buena planificación. En su caso, la contratación de Vagnozzi, apoyado por el veterano Darren Cahill, le cambió como jugador. Y físicamente ha mejorado mucho con la incorporación al equipo de dos antiguos empleados de Djokovic, el fisio Ulises Badio y el preparador físico Marco Panichi. La única sombra que le acecha es esa audiencia del Tribunal de Arbitraje Deportivo que podría cambiar el devenir de la historia del tenis el próximo mes de abril.
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