Del escándalo al trono
378 días después de su deportación, Djokovic se redime en Australia a lo grande: 10º título en el Grand Slam, 22º en total y número uno en el ranking ATP.
De Australia a Australia. Del infierno al cielo. Del escándalo al trono. Del 16 de enero de 2022, día en el que se ratificó la deportación de Novak Djokovic debido a su negativa a vacunarse contra la COVID, al 29 de enero de 2023, día en el que el serbio, con su victoria sobre Stefanos Tsitsipas, alcanzó su 10º título en el país oceánico, igualó a Rafa Nadal con su 22º Grand Slam y recuperó el número uno del mundo, desplazando a Carlos Alcaraz. Así se recordará, con 378 días en medio que lo explican todo. “Ha sido uno de los torneos más difíciles de mi vida considerando las circunstancias, sin poder estar el año pasado, volviendo este. La gente me ha hecho sentir muy bien en la vuelta a Australia. Es una de las razones por las que he jugado uno de los mejores tenis de mi vida”, agradecía Nole tras superar al jugador griego. Antes, tuvo que afrontar una vuelta dubitativa a las pistas, ganó en Wimbledon y coronó su temporada más convulsa de siempre en las ATP Finals. Entre muchos otros episodios.
378 días antes del 22º Grand Slam
Boom. Djokovic no puede participar en el primer Grand Slam de 2022. “Me parece increíble que la sociedad te juzgue basándose en una vacuna”, decía Nole, en octubre, al medio serbio Blic. El 16 de enero, la justicia australiana ratificaba su deportación tras un extenso y ultramediático proceso judicial. El día 4 del mismo mes, Novak anunciaba a través de sus redes sociales que se dirigía al país oceánico, que requería la pauta contra la COVID para entrar, gracias a una exención médica (recogida en una carta del director médico de la Federación Australiana de Tenis, según él) con la intención de defender el título ganado en 2021. En la frontera, era retenido por las autoridades locales, dando inicio a la batalla judicial y social, en la que el padre de Djokovic llegó a comparar a su hijo con Jesucristo. Muchas pruebas, contradicciones y dudas después, se confirmaba su salida forzosa del país.
Vuelta a las pistas... sin trono
Del 3 de diciembre, en la Copa Davis, al 21 de febrero, Djokovic no compitió. El serbio reapareció en el ATP 500 de Dubái, con victoria ante Lorenzo Musetti, 36 días después de su deportación en Australia. “¡Nole, Nole!”, gritaba el público, ansioso de ver al, por aquel entonces, número uno del mundo. En los Emiratos, sin embargo, el serbio terminaría perdiendo el trono del ranking tras caer ante Jiri Vesely. Necesitaba alcanzar, al menos, las semifinales del torneo para retenerlo, pero la falta de ritmo le pasó factura. “Necesito partidos. No he tenido muchos encuentros en los últimos meses. Veremos qué pasa. Cuando tenga la oportunidad de poder jugar, lo haré. Espero que sea pronto”, declaraba tras la derrota.
Dudas hasta Madrid y Roma
En Montecarlo, su primer gran prueba de la temporada, Djokovic se despidió en primera ronda tras caer ante Alejandro Davidovich, a la postre finalista ante Stefanos Tsitsipas. En casa, en el ATP de Belgrado, Nole tampoco pudo estrenar su contador de títulos, cayendo en la final ante Andrey Rublev con rosco incluido y aludiendo a una “enfermedad” que no era la COVID, según el propio tenista, pero que “afectaba a cuerpo y metabolismo”. Muchas dudas, fruto del inicio tardío de su temporada, hasta que llegó Madrid, donde cayó en la semifinal ante un Carlos Alcaraz intratable que sólo le pudo vencer en el tie-break del tercer set. El primer trofeo de la temporada se sentía cerca y Roma le dio forma. En Roland Garros, otra derrota dentro de los parámetros normales, ante Rafa Nadal. Maquinaria engrasada y preparada.
Wimbledon: llega el 21º
“Es como un dios”, dijo Nick Kyrgios tras caer ante Nole en la final de Wimbledon de 2022. De París a Londres para lograr su 21º Grand Slam, quedándose a sólo uno de Rafa Nadal y superando a Roger Federer. Su séptimo trofeo en el All England y el cuarto seguido. Sin oposición. Sólo Jannik Sinner pudo forzar el quinto set en el camino del serbio, con una racha activa de 28 victorias consecutivas en el major londinense. “Este año no ha sido como el pasado. Comencé de esa manera y me afectó en los primeros meses. Cuando salí a la cancha en Dubái sentí mucha presión y emociones. Me di cuenta de que tenía que ser paciente y tarde o temprano me pondría en un estado óptimo. Wimbledon, históricamente, siempre ha llegado en una etapa importante de mi vida y mi carrera. Cuando lo gané en 2018 me sirvió como trampolín. Ganar ahora es un alivio, teniendo en cuenta lo que he pasado”, declaraba Djokovic en rueda de prensa. Avisó y cumplió: ya estaba completamente desatado.
Modo avión activado
Sólo un jugador ha sido capaz de ganar a Novak Djokovic en el circuito desde Roland Garros: Holger Rune en la final del Masters 1.000 de París, además de Félix Auger-Aliassime en la Laver Cup. Tras Wimbledon, el serbio cosechó títulos en Tel Aviv y Astaná, superando también a Tsitsipas en la final. En medio, la derrota en la capital francesa; después, la coronación a una temporada tan extraña como exitosa, con la victoria en las ATP Finals de Turín. Tistipas de nuevo, Andrey Rublev, Daniil Medvedev, Taylor Fritz y Casper Ruud. Lo mejor de lo mejor, pero ninguno pudo frenar el avance de Nole hacia su sexta Copa de Maestros, la del empate en el palmarés con Roger Federer. De todos ellos, sólo Medvedev pudo robarle un set. Un nivel supremo para el que no se atisba fin.
Australia vuelve a ser casa
3 de enero de 2023: Djokovic vuelve a jugar en Australia. “Estoy feliz por estar de vuelta en Australia. Si tengo que elegir un país en el que he tenido más éxito y que me ha tratado mejor tenísticamente hablando, es aquí. Es donde he jugado mi mejor tenis y siempre me apetece venir aquí”, decía el serbio tras superar a Constant Lestienne en su primer partido en Adelaida 1. Fue el torneo elegido para preparar su regreso triunfal al Open de Australia, que le tenía reservado lo mejor de su vuelta al país oceánico. 22º Grand Slam y de vuelta a la cima del ranking mundial. Llegó con problemas físicos en el muslo, pero, tras sobrevivir con grandes gestos de dolor ante Grigor Dimitrov, sale como doble campeón. “Se necesita un gran corazón, mucha fuerza mental y la tercera cosa para lograr esto”, declaraba en la sala de prensa tras superar a Tsitsipas en la final. Su resumen de un “largo viaje”. De 378 días.