TENIS | MASTERS 1.000 CINCINNATI
Nadal, eterno retorno
El balear vuelve a competir en Cincinnati más de dos meses después de su abandono en Wimbledon. De ganar, podría salir como número uno.
Entre el dolor y la gloria. La temporada de Rafa Nadal no está teniendo grises. En la mayoría de ocasiones, de hecho, el balear se ha visto atrapado en una confluencia de ambos extremos. Una fórmula que, seguramente, todavía ha alimentado más la épica que siempre envuelve al jugador español. Ha ganado mucho, como casi nunca, pero también ha sufrido. Desde su epopéyico Open de Australia, con las muletas muy presentes, hasta Roland Garros, con el pie izquierdo anestesiado. Desde el abandono en Wimbledon, debido a la rotura en su zona abdominal, hasta hoy, cuando vuelve a la acción en el Masters 1.000 de Cincinnati (01:00) frente al croata Borna Coric, 152º del mundo, y como segundo cabeza de serie. En el horizonte, un posible duelo frente a Carlos Alcaraz en semifinales, que anoche arrolló a Mackenzie McDonald, y una hipotética final frente a Daniil Medvedev. Por el camino, potencialmente, esperarían Roberto Bautista y el canadiense Félix Auger-Aliassime.
Dos meses y once días después, la vida sigue igual. Nadal, que este curso no ha ganado ningún torneo de estas características, siempre mermado por algún problema físico (el pie izquierdo en Indian Wells y Roma y los problemas costales en Madrid), regresará a las pistas tras renunciar a Montreal debido a la reaparición de las molestias abdominales y con otro golpe de grandeza al alcance. De ganar en Cincinnati, algo que sólo ha hecho en una ocasión, en 2013, pese a sus doce participaciones (esta será la 13ª, la primera desde 2017), el manacorí podría volver al trono del tenis mundial, a un número uno que no ostenta desde enero de 2020. Para ello, además de la victoria final, se debería dar otra condición: que Medvedev, actual líder del ranking y mayor peligro por el otro lado del cuadro, no alcanzara los cuartos de final. Actualmente, el tenista ruso, que viene de perder 990 créditos en Canadá y defiende otros 360, está a 1.265 puntos de Rafa, que no defiende nada. Tampoco en el US Open, donde Medvedev triunfó el año pasado. Otra oportunidad.
Cuando juega Nadal, las ilusiones siempre se renuevan. Es un eterno retorno que, pese a que el balear intente rebajar, todo el mundo sabe hacia donde conduce. “Cuando regresas después de un tiempo de baja tienes que tener en cuenta que las cosas no serán perfectas. No puedes esperar volver a un nivel fantástico desde el principio”, enfatizaba en la rueda de prensa previa al torneo. En sus últimos entrenamientos (lleva en Estados Unidos desde el pasado jueves), muy exigentes, con partidos de hasta casi dos horas ante compañeros de nivel, como Matteo Berrettini, sin embargo, las molestias parecen haber desaparecido. También en los servicios, el gesto técnico más comprometido para el abdomen. “Es una parte peligrosa porque en cada saque fuerzas mucho la zona. Estoy tratando de hacer las cosas bien, intentando ser un poco conservador. Espero estar listo”, desmenuzaba el ganador de 22 Grand Slams. El ciclo de Nadal vuelve a estar en marcha.