¡Habemus Alcaraz!
El español, que reaparecía tras no jugar en Madrid por lesión, gestionó bien su debut en el Masters 1.000 de Roma frente al veterano Dusan Lajovic.
Roma dio la bienvenida el jueves al nuevo líder de la Iglesia, el Papa tenista León XIV que hizo sus pinitos con la raqueta, con la imagen del estadounidense en los videomarcadores después de la fumata blanca. En el Foro Itálico, en ausencia de un mustio Novak Djokovic, el sumo pontífice de los 24 Grand Slams, el Masters 1.000 romano suspira por una final entre un Jannik Sinner que reaparecerá el sábado después del purgatorio de tres meses de sanción por dopaje, y Carlos Alcaraz. Los dos cardenales que aspiran a sentarse en la silla del serbio cuando este diga adiós. Y, a la espera de ver si ‘Habemus Sinner’, el español dejó claro en su presentación que ‘Habemus Alcaraz’, que tenemos a Alcaraz listo, tras derrotar a Dusan Lajovic por un doble 6-3 en 1h:21.
Porque, a pesar de que en la previa el español dijo sentirse “al cien por cien”, venía de renunciar al Madrid Open, el torneo de casa, tras la lesión en el aductor de su pierna derecha que le lastró en una final del Godó que acabó entregando frente a Holger Rune. Alcaraz salió a la Central del señorial Foro Itálico con una malla de compresión en la pierna, pero en ningún momento dio impresión de pensar en el contratiempo que le dejó en el dique seco.
El veterano Lajovic, 34 años y 131º del mundo, vio cómo el español, 22 y número tres, se plantaba con un 4-0 de inicio, con dos breaks. Todo iba destinado a un desenlace rápido cuando Alcaraz falló a la hora de cerrar el set con 5-2 y saque porque lanzó una derecha larga, cometió una doble falta y cedió su servicio. Pero apretó enseguida, logró la tercera rotura de la manga y en 43 minutos se colocó un set arriba. Quedaba reducir algún fallo en la resolución de los puntos (nueve errores no forzados frente a ocho golpes ganadores) para ir más rápido.
El balance de 4-0 en el cara a cara previo, sin ningún set para el de Belgrado, parecía presagiar una resolución fácil. Alcaraz, con peso en el drive y mezclando bolas liftadas altas con otras más profundas, comenzó la segunda manga con un break (3-0) y el colchón le sirvió para ir gestionando con holgura el choque. Con 4-2 dispuso de cuatro bolas de rotura que no aprovechó, pero esta vez estuvo seguro con su servicio para llevarse el partido.
“Era un test y lo superé, un gran día en la oficina. Intento saca cosas positivas de las lesiones, como por ejemplo estar más en casa (celebró en Murcia su 22 cumpleaños) y volver con la mente fresca. Ha sido una gran actuación, buen nivel, un poco sorprendente”, analizó después para revelar que el sábado acudiría al Lazio-Juventus en el Olímpico aunque “pendiente” de Sinner.
La próxima parada de Alcaraz, que lleva un 10-1 sobre tierra este año con el título en Montecarlo y la final de Barcelona, será Laslo Djere, que derrotó a Alex Michelsen por 6-0 y 6-3. Habemus Alcaraz, que en Roma tiene la oportunidad de convertirse en el quinto jugador en la historia en lograr ganar los tres Masters 1.000 sobre tierra del calendario (Montecarlo, Madrid y el torneo italiano) tras Rafa Nadal, Djokovic, Gustavo Kuerten y Marcelo Ríos. Roma, una ciudad llena de historia, llama a Carlitos a seguir escribiendo la suya.
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