El primero en tirarse a la piscina: así se inició esta única tradición para el ganador del Conde de Godó
Emilio Sánchez Vicario fue el primer tenista empujado al agua por los recogepelotas tras celebrar su victoria sobre Sergi Bruguera en la final de 1991.
Como es ya costumbre, cada año el ganador del ATP 500 de Barcelona levanta su trofeo y seguidamente se embulle en la piscina junto a los recogepelotas que participaron en la última gran cita del torneo. Ruud, Alcaraz y Nadal han sido los últimos en protagonizar esta emotiva imagen; sin embargo, la tradición comenzó hace muchos años.
La primera vez que un tenista saltó a la piscina fue en 1991, cuando Emilio Sánchez Vicario, que entonces tenía 25 años, venció al catalán Sergi Bruguera en la final (6-4, 7-6, 6-2). Al año siguiente fue Carlos Costa quien superó a Magnus Gustafsson (6-4, 7-6, 6-4) y año tras año la imagen se repite. “Mi hermano pequeño me cogió en hombros y saltamos juntos. Es algo bueno para los miembros del club y para los campeones. Cada vez que un campeón salta, siento que es el momento que el club ama”, afirmó el tenista.
El último que protagonizó esta emblemática imagen fue el noruego Casper Ruud, que el año pasado venció en la final al griego Tsitsipas (7-5, 6-3). “Es como un premio extra por poder ganar y que esperas hacer el domingo de la final”, declaró el vigente campeón del trofeo catalán.
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