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TENIS | BIG DATA

El laboratorio del tenis: “La creatividad es el arma y la debilidad de Alcaraz”

Mike James, analista de Rune o Gauff, y Nacho González, de la Rafa Nadal Academy, hablan con AS sobre la utilización del ‘big data’ en el tenis, que va a más.

El laboratorio del tenis: “La creatividad es el arma y la debilidad de Alcaraz”
CLIVE BRUNSKILLAFP

En medio del bullicio de los partidos, Mike James nunca pierde la concentración. En ciertos momentos, todos los ojos miran hacia su tablet. Holger Rune, 7º del mundo, es el receptor de sus conclusiones. Y confía mucho en ellas. Tras una vorágine de cambios en su equipo, el danés, de nuevo bajo la batuta de Patrick Mouratoglou después de trabajar brevemente con Severin Luthi y Boris Becker, ha mantenido siempre en su estructura al británico, al que considera fundamental. “Yo soy la ciencia y el entrenador es el artista”, dice Mike, especialista de rendimiento en la Mouratoglou Tennis Academy. “Hemos desarrollado una aplicación a la que tanto técnicos como jugadores tienen acceso. En ella, volcamos todos los datos que recopilamos. Mi trabajo consiste en tratarlos y transmitir la información al equipo. Intentamos encontrar los ingredientes que cada jugador necesita para su receta”, desarrolla en conversación con AS.

“El fútbol nos lleva 20 años de ventaja, pero alcanzaremos su nivel de complejidad”

Mike James, sobre el 'big data' en el tenis

Mike es uno de los pocos analistas de datos que hay en el circuito ATP. “Actualmente, somos cinco o seis las personas en el tour que nos dedicamos exclusivamente a ello”, asegura. Más allá de Rune, en cuyo banquillo se sienta durante todos sus partidos, también trabaja con Coco Gauff, número 3 del ranking WTA, y Linda Fruhvirtova (92ª), promesa checa de 18 años. Especializado desde 2018, un pionero, también ha estado, entre otros, en el equipo de Iga Swiatek, número uno del mundo. “La utilización del big data en el tenis es nueva si la comparamos con el fútbol. Los datos que nos ofrecen las retransmisiones televisivas no nos dan una imagen completa. Sobre todo, en la WTA, que lleva ofreciendo en pantalla las mismas estadísticas durante los últimos 20 años. Seguro que terminaremos alcanzando el nivel de complejidad del fútbol”, dice ambicioso James, aficionado del Leicester City.

Su trabajo, respaldado por un amplio equipo, es laborioso. Se divide, principalmente, en dos fases: recopilación y etiquetado. En ambas se parte de imágenes registradas por cámaras.Las procesamos a través de nuestra propia herramienta de análisis en Mouratoglou Analytics. Tratamos los datos y obtenemos nuestros propios insights (valores que ofrecen las claves para resolver un problema determinado). En el fútbol, por ejemplo, están muy de moda los goles esperados. Ese es el tipo de métricas que buscamos”, explica Mike. “En el tenis, en ese sentido, observamos cómo les llega la bola a los jugadores después de realizar un saque abierto. Berrettini o Tsitsipas, tras los análisis, sabemos que quieren jugar con su derecha tanto como sea posible. Djokovic, Alcaraz o Rune, en cambio, no se sienten incómodos si tienen que dar ese tercer golpe del punto con su revés”, amplía.

Mike James, a la izquierda, junto a Holger Rune, en Wimbledon. @mikejamestennis
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Mike James, a la izquierda, junto a Holger Rune, en Wimbledon. @mikejamestennis

¿Qué otros datos se buscan? Mike le presta especial atención a la variación de la velocidad de la bola a lo largo de un partido. “En las estadísticas tradicionales, sólo se suelen ofrecer ganadores y errores no forzados, pero la mayoría de los puntos terminan en errores forzados. La pregunta es: ‘¿Cómo debe ser la derecha de Rune para que Djokovic termine cometiendo un error forzado?’”, pone como ejemplo. Para responder, tiene en cuenta la posición en pista de los jugadores o su biomecánica, entre otras variables. “Si tienes a Isner, que mide casi dos metros, y a Schwartzman no puedes compararles. ¿En qué otro deporte se enfrentarían de igual a igual? En boxeo, hay categorías de peso. En fútbol, Schwartzman igual sería Messi (entre risas) e Isner, portero. Luego hay que tener en cuenta la diferencia de altitudes, las pelotas, las superficies, las horas, etc. El tenis es muy loco para los datos”, desarrolla con el entusiasmo del que ha aceptado el reto de descifrar el enigma.

¿Qué dice el big data de Alcaraz, Djokovic…?

Desde su experiencia con los datos, probablemente, Djokovic es el jugador que más ha impresionado a Mike James. “Es un fenómeno”, resume el analista británico, escapando por un momento de la jerga científica. Nole, en 2023, sin ir más lejos, fue el tenista del circuito con mejores valores en la “calidad del golpeo”, un indicador que mide en tiempo real la velocidad, las revoluciones, la profundidad y la longitud de las bolas jugadas, con una puntuación final del 0 al 10 para todos los golpes (derecha, revés, saque y resto). “Su movimiento en la pista es increíble. Lo que está haciendo con 36 años, también”, ensalza James. “Pero, por detrás, llegan jugadores muy buenos. Novak no estará ahí para siempre. Bueno, espero que no, vaya”, bromea.

Tras la era del Big Three, el esplendor de Federer, Nadal y el propio Djokovic, Mike identifica “un tenis de nueva generación”. Alcaraz, que este miércoles se mide con Alexander Zverev en Indian Wells, y Rune, según él, son los máximos abanderados, con permiso de un Sinner que se ha puesto a dominar el circuito en los últimos meses, pero con otro estilo. ”Carlos y Holger están haciendo más dejadas y voleas después del servicio. También llegan mucho a la red. Entonces, creo que realmente están cambiando el tenis, la forma de jugar. Sinner se sitúa cerca de la línea de fondo y juega a un ritmo tremendo. Lo que hace en esa situación es de muy, muy alto nivel, pero utiliza menos variedad”, describe sobre los tres jugadores que, para muchos, están destinados a heredar la triple corona del tenis mundial. “La gente habla del nuevo Big Three. Es pronto y eso aún no está sucediendo, pero sí creo que podríamos ver algo así”, se suma.

La creatividad, para James, es lo que mejor define tanto a Rune como a Alcaraz, del que dice que tiene “la derecha más rápida del circuito”. “No tiene miedo a subir. Además, me impresiona cómo cambia la velocidad de su servicio. Realiza un primero a 200 km/h y luego, en el siguiente primero, golpea a 90 y con kick (mucho bote). Los rivales no se lo esperan. Luego, por supuesto, está su movimiento. Su capacidad para pasar de la defensa al ataque con un solo golpe”, destaca sobre Carlitos. ¿Y cuál es su debilidad? “Puede sonar extraño, pero, de nuevo, digo la creatividad. En un mal día, la selección de tiro, porque tiene un abanico muy amplio, le hace cometer errores. Nadal, por ejemplo, siempre sigue un mismo patrón. Es más académico, una bestia desde el fondo, y evita esos momentos. La caja de herramientas de Alcaraz es un arma increíble, pero también puede ser su debilidad”, analiza sobre los aspectos que Charly, a sus 20 años, aún puede mejorar.

La Rafa Nadal Academy registra datos y hábitos

Uno de los centros de referencia a nivel mundial en cuanto a formación de jugadores, la Rafa Nadal Academy que montó hace ya unos cuantos años el ganador de 22 Grand Slams, también usa el ‘big data’ para mejorar el desarrollo de sus tenistas. Lo hace a todos los niveles, pero incorpora, además, un registro personalizado que va más allá de las pistas y que se antoja igualmente importante en un deporte cada vez más exigente en distintos ámbitos.

“Tenemos un software propio en el que recogemos datos a nivel holístico: comidas, físico, cansancio, etc.”

Nacho González, sobre la Rafa Nadal Academy

Lo explica Nacho González, head coach del programa Junior Weekly, en conversación con AS. “Con respecto a rendimiento, tenemos una máquina, de la marca Wingfiled, que con la inteligencia artificial recoge todo lo que pasa en la pista, desde nivel amateur e iniciación. Muestra todo lo que nos gusta ver: cuántas derechas, cuántos reveses, donde bota la pelota, velocidades de saque… A niveles un poco más altos, se puede utilizar para valorar ciertas mejoras de los jugadores, si van subiendo la velocidad, si la precisión aumenta…”, dice el técnico. “Luego, tenemos un software propio, que estamos desarrollando desde 2017, y en ese recogemos todos los datos de nuestros tenistas a nivel holístico: si vienen a comer o no, el físico, los entrenamientos, en los que ellos mismos valoran si están cansados o no, las ausencias que tienen, las diferentes razones… En competición, registramos todos los partidos que juegan y los resultados, dónde los juegan, y al final nos sirve para analizar el desarrollo del jugador”, añade sobre su novedoso sistema.

González explica que, en una segunda fase, esperan poder “juntar todos los datos de todas las áreas, de la preparación física, de la residencia, incluso el colegio, el índice de lesiones…”. “Lo que sí que estamos analizando, sobre todo, es cómo están desarrollándose los jugadores. Hicimos un pequeño estudio hace dos, tres años, de cuáles eran los números de partidos indicados para los diferentes niveles, viendo cómo mejoraban en el ranking, si jugar más o menos era un índice de mejora. Lo relacionamos también con el número de lesiones que tenían, para saber cuáles eran los puntos ideales en el desarrollo. Que no sean solo resultados de ganado o perdido. Al final, eso ya es más difícil de controlar”, desarrolla.

Rafa Nadal, con Casper Ruud para darle la bienvenida a la academia.
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Rafa Nadal, con Casper Ruud para darle la bienvenida a la academia.Rafa Nadal Academy By Movistar

Estos estudios sirven, entre otras cosas, para “evitar las lesiones a edades tempranas”. “Todo lo que podamos hacer para limitarlas, mucho mejor. Todos los jugadores tienen sus cuatro grabaciones durante el año, y los datos, al final, ayudan a reforzar. Si está fallando mucho en las primeras bolas, el mensaje es decirle al jugador, mira, es esto, ¿sabes? Y no se lo estoy diciendo yo, porque con los datos no hay discusión posible”, comenta Nacho. Este método lo ha utilizado, entre otros, Casper Ruud, tenista de la Rafa Nadal Academy que es número 9 del mundo y ha sido segundo del ranking y tres veces finalista de Grand Slam. “Con nuestro entrenador que está con él, Pedro Clar, (Ruud) lo ha utilizado para mejorar su porcentaje de primeros saques. Si yo te digo que lo mejores y lo que haces es bajar la velocidad, no sirve. Es la combinación de todo la que te ayuda a saber si la evolución es buena o no”, ejemplifica.

Nadal, un usuario más

Con su propio equipo, Rafa Nadal también recurre a estas ayudas. “Yo sé que trabaja con datos, aunque más en el ámbito de competición. La ATP tiene un sistema que le da todo el reporting de datos. Y luego creo que tiene gente alrededor que le ayuda mucho dentro del equipo. Tiene alguno del equipo técnico que sí que lo valora mucho y que lo utiliza sobre todo para analizar jugadores y para valorar un poco las mejoras de Rafa”, revela González, que le augura un futuro próspero a estos métodos de análisis, aún con mucho potencial para evolucionar, coincidiendo con lo expuesto por Mike James.

“Se trabaja mucho en el descanso como una herramienta de prevención de lesiones. Hay pulseras hoy en día en el mercado que te dan muchísima información. Y la preparación física se trabaja mucho también. Y yo creo que irá a más, sobre todo cuando podamos relacionarlo todo, interpretar los datos unificados y que nos indiquen las tendencias. Ojalá pasara con la educación también. Que los que tienen unas mejores notas y son más responsables, sean mejores jugadores de tenis. Creo que cuanta más estabilidad hay, mejor les suele ir”. Nacho insiste en el asunto del descanso. “Es delicado. El móvil y el estar con él por las noches, no descansar bien… puede tener un impacto muy, muy grande en cuanto a lesiones, aunque no vamos a cambiar la cultura ni vamos a hacer que el móvil desaparezca. Por la noche, cuanto peor duermas, menos descansas, peor físico vas a tener al día siguiente y más riesgo de lesión”, relaciona.

En un tenis cada vez más exigente, González advierte de sus peligros. “Podemos intentar evitar las lesiones al máximo posible, pero la realidad es que la velocidad a la que se está jugando este deporte, el impacto que tiene, hace que haya factores inevitables. Hay chicos de 16 o17 años jugando a una velocidad espectacular. La carga de partidos, el sistema que tenemos en el tenis, esa necesidad de tener que competir, de tener que sumar, hace que sea todo muy difícil. Hay ciertos deportes, como el ciclismo, en el que hay equipos que se llevan hasta las mismas almohadas para poder dormir en las mismas condiciones”, se extiende. Así es el tenis del presente, uno que necesita del análisis, de la inteligencia artificial, del big data y de la educación. Uno que también se disputa en los laboratorios.

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