Djokovic, tierra trágame
El serbio, pese a entrenar más tiempo sobre arcilla, acumula dos victorias y dos derrotas tras su reaparición. “Te preparas para Roland Garros”, avisa.
Cuando Estados Unidos cerró sus puertas a Novak Djokovic de forma definitiva, el serbio activó un plan alternativo. Adiós gira norteamericana, hola tierra batida. Lejos de descansar, Nole se puso manos a la obra y pronto se dejó ver entrenando sobre polvo de ladrillo. Montecarlo, donde tiene ubicada su residencia oficial, era su primer objetivo. “He entrenado más en tierra batida, lo cual es positivo si piensas en la parte de temporada que viene por delante. No he tenido éxitos en Montecarlo los últimos cursos, no he jugado un gran tenis aquí, así que espero que esta vez pueda comenzar la temporada de tierra batida mejor que en años anteriores”, decía Djokovic en la rueda de prensa previa al Masters 1.000, al que llegaba tras algo más de un mes de inactividad competitiva.
Nole sólo había levantado el trofeo en dos ocasiones (2013 y 2015) y este año, sin Rafa Nadal ni Carlos Alcaraz, tampoco pudo ampliar el palmarés en el torneo monegasco. En su debut, superó al ruso Ivan Gakhov, 162º del mundo, de forma “fea”, tal y como él mismo definió. Luego, en una derrota que consideró “terrible”, no pudo con Lorenzo Musetti. En ambos casos, se vio a un Nole más lento, menos dominante con su revés y con más errores de lo habitual. Sobre todo, en los momentos claves, cuando nunca suele fallar. También se vio a un Djokovic ataviado con una codera en el brazo derecho. “No está en las condiciones ideales, pero digamos que está lo suficientemente bien. Espero que esté totalmente listo para el primer partido”, admitió sobre su codo antes de debutar en su segundo torneo de la gira de tierra, el Banja Luka (Bosnia), de categoría ATP 250, del que se despidió ayer.
En tierras bosnias, el resultado ha sido el mismo que en Montecarlo: una victoria sufrida y una derrota. “Solo puedo hablar por mí mismo. Cada jugador tiene sus preferencias cuando se trata de superficies. Crecí en tierra batida, jugué principalmente en tierra batida cuando era un tenista joven, pero no se adapta a mi estilo. No quiero sonar como si me estuviera quejando, porque también he obtenido grandes trofeos en tierra batida, pero tengo que esforzarme mucho más para encontrar la calidad que busco. No juego al nivel deseado”, reflexionaba tras superar en tres sets al francés Lucas Van Assche, de 18 años y 87º del mundo. “La derrota se debe a una combinación de muchas cosas. Él juego muy bien y yo estuve un par de niveles por debajo. Me sentía lento y flojo. Estaba fuera de ritmo. En algunos momentos, jugué bien, pero por lo general estuve por debajo de mi nivel”, decía ayer, tras caer ante su compatriota Dusan Lajovic (70º).
¿Roma? Y Roland Garros
De momento, y pese a las sesiones extra de entrenamiento, Djokovic no arranca en tierra batida. Y tampoco lo hará en Madrid. Este sábado, se ha anunciado su baja para el Masters 1.000 español. Roma, donde ganó su primer título la temporada pasada, podría ser su próxima parada. “Veremos, no creo que pueda pensar con claridad después de perder un partido. Primero, necesito tiempo para que la derrota se asiente y esclarecerlo todo, y luego pensaremos sobre ello”, añadía ayer en rueda de prensa. “No es ningún secreto que te preparas y te entrenas de cara a Roland Garros. Pasó lo mismo el año pasado, tuve un inicio de gira muy lento y empecé a jugar mejor hacia el final”, completaba. Su objetivo, obviamente, es romper el empate histórico a Grand Slams con un Nadal que, tras su lesión en Australia, sigue sin reaparecer (tampoco estará en Madrid). La tierra de París podría ser el epicentro de un duelo histórico; por ahora, todo son dudas.