Cilic reverdece laureles con su clasificación para semifinales
Marin gana a Rublev y se convierte en el primer tenista croata que alcanza la penúltima ronda de los cuatro Grand Slams. Se enfrentará a Ruud, verdugo de Rune.
Marin Cilic fue número tres del mundo en 2018. Había ganado cuatro años antes el US Open y en 2017 fue finalista en Wimbledon. Alcanzó el podio en el ranking aquella temporada tras ser subcampeón en Australia (le ganó Federer). Pero en julio sufrió una lesión de aductores y ya no volvió el mismo. Bajó hasta el puesto 49 y el año pasado asomó la cabeza con un título en Stuttgart y San Petersburgo. Este miércoles confirmó su retorno a la élite al clasificarse para las semifinales para las semifinales de Roland Garros, con un triunfo en cinco sets, el último resuelto en el superdesempate (5-7, 6-3, 6-4, 3-6 y 7-6 (2) en 4h10) ante Andrey Rublev. El viernes buscará una plaza en el partido por el título contra el danés Holger Rune o el noruego Casper Ruud, que se enfrentaron anoche.
A sus 36 años, Cilic reverdece laureles con un éxito en un torneo en el que nunca había logrado llegar tan lejos. Es la sexta que alcanza la penúltima ronda en un Grand Slam, lo había logrado en los otros tres majors, la última vez en el Open de Australia de 2018. Y se convierte en el primer croata que lo consigue en los cuatro. "Hoy fue mi día", dijo Marin, que despachó 88 golpes ganadores, 33 de ellos de saque directo. Poco le importó cometer 71 errores no forzados. Así dominó al ruso de 24 años, que levantó un punto de partido antes del tie-break definitivo. Sigue con su maldición en los cuartos de los Slams. Su balance es 0-5 y 2-15 en sets. Es su talón de Aquiles. Eso, a pesar de que desde 2020 es el líder en victorias del circuito ATP (122).
Chila (así le apodan), ganador de 20 títulos, empezó a jugar en el patio de su casa y es un filántropo que ayuda a la gente de su país. Simpático y amable, está a un paso de volver a una gran final.