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TENIS | STUTTGART

Badosa, sin fiesta final

La catalana no puede con Sabalenka (7-6(5) y 6-4), muy poderosa, y no estará en la lucha por el título en Stuttgart. Pese a ello, será dos del mundo el lunes.

Badosa, sin fiesta final
Christian Kaspar-BartkeGetty Images

Se escapó el cierre perfecto. Paula Badosa, el próximo lunes, será número dos del mundo oficialmente, pero lo hará sin el WTA 500 de Stuttgart en su palmarés. Sin fiesta final para una semana que la merecía, pues la nueva posición en el ranking es la mejor de siempre para la catalana. La culpable, su amiga y compañera de dobles Aryna Sabalenka, poderosa para imponerse por 7-6 (5) y 6-4 en 1h:40. La número 4 del mundo, que ya fue finalista en Alemania la temporada pasada, se enfrentará a Iga Swiatek, que, sudando, sigue en su imparable racha (22 victorias seguidas) tras superar a Liudmila Samsonova por 6-7(4), 6-4 y 7-5 en 3h:03.

El final será agridulce, pero, por momentos, pareció más que posible la fiesta completa. Al menos, el derecho a luchar por ella, por el título. Badosa, que llegó a estar 5-2 en la primera manga, no pudo culminar. Golpe que, pese a una rotura inicial en el segundo set, dolió demasiado. De remontada en remontada para una Sabalenka que, en el tie-break del primer parcial, también tuvo que recuperarse tras conceder dos saques. Paula, con un gran revés, colocó el 4-1 y Aryna, con un imponente ace, resumen del partido, el 5-7. En el segundo asalto, pese al conato de rebeldía español, el poderío bielorruso ya no cedió más, con una fortaleza tanto física como mental que contrastaron con el final de Badosa: dos dobles faltas seguidas para levantar la bandera blanca.

Sabalenka decide los tiempos

Pese a los errores no forzados, constantes a ambos lados de la pista, partido de altura. Sin ir más lejos, era el primero en 2022 que enfrentaba a dos jugadoras del Top 5. La triunfadora debía acercarse al máximo a su mejor versión y Sabalenka, que no pisa una final desde el Mutua Madrid Open del año pasado, lo entendió mejor. Llevó el encuentro a su terreno, a un intercambio constante de rachas despiadadas, y encontró su principal virtud: la potencia. La bielorrusa, que luchará por su 11º título WTA, terminó con 33 golpes ganadores, más del doble que Paula, ejecutó nueve servicios directos y ganó el 77% de los puntos con primeros saques. Un vendaval de fuerza que, además, supo resistir en la fragilidad, salvando seis de las ocho bolas de rotura que tuvo que afrontar.