Prueba de fuego para Kyrgios
El jugador australiano tiene la oportunidad de volver al Top-100 del ranking si vence a Rublev en Miami. En 2022, quiere reconciliarse con el tenis.
Lo mejor y lo peor. Nick Kyrgios, frente a Rafa Nadal, en cuartos de Indian Wells, mostró sus dos caras. En el ámbito deportivo, dejó entrever el gran tenista que lleva dentro; en el extradeportivo, su indomable carácter. Llevó al balear al tercer set y, mientras mantuvo su concentración en el partido, le miró de tú a tú. Una exhibición tenística empañada por sus gritos, su exagerada teatralidad y las tres raquetas que rompió. Especialmente, por la última, que estuvo cerca de golpear a un recogepelotas, con el que después se disculpó.
El pack completo de la 'experiencia Kyrgios', difícilmente separable. El jugador australiano siempre ha sido así y siempre lo será, aunque debe otorgársele el beneficio de la duda. En 2022, parece que algo ha hecho 'click' en él. Su parte más excéntrica, la más complicada, sigue ahí, a la vista está, pero la deportiva parece retomar el sendero correcto, y tampoco se puede negar. Quiere volver a ser un nombre importante en el circuito y lo transmite tanto en su tenis como en todo lo que se desprende de él. Su rueda de prensa tras perder frente a Nadal, en la que se le vio visiblemente afectado, lo prueba. "Lo de hoy ha dolido muchísimo. Teníamos un plan para el partido y todo estaba saliendo bien, pero siempre es lo mismo contra Rafa. Es demasiado bueno, supongo", reconoció con la cara entre las manos, fruto de la decepción.
En el primer Masters 1000 de la temporada, hasta la derrota frente al tenista español, Nick se mostró intratable. No había perdido ningún set, había resistido todas las bolas de break y, por el camino, había apeado a Casper Ruud, número 8 del mundo. Le dio continuidad a las sensaciones dejadas en el Open de Australia, donde cayó ante Daniil Medvedev y ganó el torneo de dobles formando equipo con Thanasi Kokkinakis, aclamada pareja local, y quiere seguir la misma línea en Miami.