Robredo: "El tenis que me gusta es el de jugar al Risk, no el de tirar directamente un petardo"

Tommy Robredo corre entre viñedos, vestido de corto, y se dirige a una improvisada pista de arcilla que ha montado Vilarnau, nuevo patrocinador del Godó. Pelotea junto a David Ferrer y anuncia, justo después, que será su último torneo. En casa y ante su gente. A los 39 años abandona el tenis profesional después de una carrera de casi 24, más de la mitad de su vida. En una sala diáfana, con las vistas inmejorables en Sant Sadurní d'Anoia, atiende con paciencia hasta 12 medios de comunciación de manera individualizada.

En una entrevista en 2010 usted comentó que se retiraría en dos o tres años. Han pasado 12...

Hace diez o 15 años la gente se retiraba antes, ahora muchos lo hacen cerca de los 40. Todo ha mejorado: hay preparadores físicos, médicos... Me cuidé mucho, me respetaron las lesiones, pude trampearlas.

¿Pesa más el físico o la mente en la retirada?

Se juntan varias cosas. No física ni mentalmente estaba ya, y luego está mi puesto en el ránking. Empiezas a perder todo eso y se caen las ganas. Aceptaba que eso iba a pasar, pero jugaba porque me encantaba. 'Hasta que no encuentre una cosa que me llene más, no lo dejaré', me dije. La pandemia lo ha acelerado todo. He estado en casa con mi hija, y no quiero perderme el primer papá, el primer gateo, cuando camina... Quería retirarme el año pasado, pero no quería que no me viera nadie. Quería ver a mi padre, madre, mujer y mi hija en las gradas, por eso hemos llegado hasta aquí.

¿Cuál fue su momento de plenitud?

Debería agarrar el ránking. Y se situaría en 2006 o 2007, donde estaba el quinto, sexto o décimo del mundo. Ahora soy mejor que antes, pero no me da el físico. La mala suerte del tenista es que con 17 o 18 años ya empiezas a ser profesional, y no sabes nada de la vida. Es como si fueras el director de una empresa y te vas pegando hostias y adaptando. Y cuando tienes 30 o 35 te retiras, y es cuando realmente ya sabes del mundo.

¿Eso significa que ahora cosas diferentes si retrocediera a 2006?

Lo haría totalmente diferente. Jugaría menos torneos, los prepararía mejor, escogería este entrenador, el otro fisioterapueta. Me iría a vivir a otro lugar... Pero de todo aprendes, y creo que pasa lo mismo en la vida. Y seguramente ahora entreno a un chico de 16 años y lo guiaré, pero no significa que eso le vaya a él muy bien porque lo que me podía ir bien a mí no tiene porque irle bien a él.

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¿Le perjudicó coincidir en la misma etapa que Nadal?

No, todo ha sido para bien. Eso hace que en España se hable más de tenis, que haya más patrocinadores, que todo suba... Cuando yo empecé en un Grand Slam, si te eliminaban en primera ronda ganabas 6.000 euros y ahora son 60.000. Y eso es gracias a Nadal, Federer... Gracias a Nadal hay torneos o patrocinadores que vienen a España. Sin él quizás habría ganado algún partido más, pero eso ya son cosas del deporte. Yo estoy tranquilo porque di ese cien por cien, y eso es lo importante.

¿Cómo se imagina ese adiós en Barcelona?

No me he imaginado el momento. Me gustaba la pista 1, hace ruido. Una pista central de US Open no me gusta tanto, prefiero que la gente esté cerca. Mis amigos haciendo ruido con el metal, me gusta que en el tenis haya jaleo. Cuando solo aplauden está bien, pero quiero ver a la gente disfrutar. Pondré mi máximo para intentar dar mi mejor nivel.

Comentaba en alguna entrevista que prefiere el tenis de su época al actual. ¿Cree que hay menos matices ahora entre los jugadores?

No creo que sea eso. Analizas a los jugadores y todo es como antes. Uno va más directo, otro  tiene más saque o juega dentro de la pista... Pero ahora no ves puntos basados en el trabajo, de hacer correr al oponente, de buscar el punto débil. Los jóvenes te pegan golpes ganadores desde cualquier lado, y a veces piensas 'cómo haces eso'... Conceptualmente, me cuesta. Si estás lejos, tira cruzado o métela antes, no te la juegues. Soy un guerrero de la antigüedad. Me gusta más jugar al Risk que tirar directamente un petardo. Me gusta la táctica.

¿Le parecen así los de la nueva generación?

Medvedev me parece espectacular: saca tremendo, resta muy bien y todos los golpeos son profundos; tiene mano, volea y recupera la pista, Tsitsipas es más listo, utiliza más táctica, sabe usarla. Reblev es muy sólido. Zverev es un talento, pero tiene sus altibajos como en Acapulco. Sinner es un jugador tremendo para llegar muy arriba. Alcaraz es como él. No sé si será el número uno, dos, siete, pero le ves esa cosa diferente. Lo que podemos hacer es no ponerle el nuevo Rafa, sino el nuevo Alcaraz, él ya hará su camino.

¿Y después del Godó?

Quiero disfrutar ahora esta preparación y llegar bien. Cuando se cierran unas puertas, se abren otras. Estaré de embajador de Vilarnau y a ver si hay algo de tenis. Ya veremos.