Muguruza no falla en primera ronda por décima vez
El Grand Slam oceánico es el único en el que la española, que venció a la francesa Burel, no ha caído nunca en el estreno. Cornet, próxima rival.
Algo tiene el Open de Australia para Garbiñe Muguruza, a pesar de que nunca ha podido ganarlo, aunque estuvo cerca de hacerlo cuando perdió la final contra la estadounidense Kenin en 2020. Porque es el único en el que jamás ha caído en primera ronda. Este martes, la española mantuvo la tradición en la Rod Laver Arena con un solvente triunfo ante Clara Burel (6-3 y 6-4 en 88 minutos) por décima vez en otras tantas participaciones. Rybarikova, Kanepi, Erakovic, Kontaveit, de nuevo Erakovic, Ponchet, Zheng, Rogers y Gasparyan cayeron ante Garbiñe entre 2013 y 2021. A Garbiñe le espera el jueves otra jugadora francesa, Alize Cornet, con quien tiene un cara a cara igualado (2-2). "En las primeras rondas siempre hay nervios y hay que saber manejarlos, estaba avisada".
La número tres del mundo jugó con muchísima profundidad y anticipación en la mayoría de sus golpes, dentro de la pista ("Es mi carácter, soy agresiva", explicó Garbiñe), sacó bien, en la red brillo felina tanto en los ataques como en las defensas ("Hemos trabajado bastante en eso y estaba en el plan del partido", reconoció después de ganar 27 puntos en 35 subidas) y cometió 20 errores no forzados, una cifra más que correcta. Sólo tuvo un pequeño borrón cuando no cerró el partido con 5-3 y saque en el segundo parcial. "He cometido algún fallo quizás en bolas sencillas, pero en general estoy bastante contenta. Ella ha sufrido con su saque, yo he tenido también épocas de indecisión". A Burel, de 20 años y 78ª del mundo, por el contrario, le penalizaron mucho las dobles faltas (12), una lástima porque el servicio parece su mejor arma.
Pero se atrapó en ese aspecto, sobre todo al final de cada manga, y eso lastró sus escasas opciones de éxito, que pasaban por variar su juego, ante una Muguruza que está en forma y con mucha confianza, dispuesta a estrenar su palmarés en Melbourne, aunque aún le queda mucho por delante, un camino no demasiado difícil hasta octavos, cuando podría encontrarse con Halep. "En las WTA Finals cada partido es como una final de Grand Slam, mientras que aquí a veces no conocemos a las rivales y es más largo, por lo que hay que mantener la concentración más tiempo", explicó, antes de reconocer que "los resultados siempre ayudan". "Las rivales no están cómodas enfrentándose a mí, pero no me he parado a pensar si ahora infundo más respeto que antes, pero cada victoria y cada título añade peso". El hecho es que Muguruza domina la mayoría de los partidos y lo bueno y malo que pasa en ellos, depende mucho de ella.