Nadal progresa con su primer triunfo en cinco meses
El balear ganó en dos sets y con buenos números al lituano Berankis (104º). Se medirá en cuartos con Griekspoor. Munar venció a Laaksonen.
Cinco meses después de jugar su último partido oficial, en la tercera ronda del 500 de Washington contra Lloyd Harris, Rafa Nadal volvió a competir con puntos ATP individuales en juego en el 250 de Melbourne, un torneo que le viene al pelo, porque se juega en la Rod Laver Arena, donde disputará sus partidos del cada vez más cercano Open de Australia (17 al 30 de enero). El balear, que había disputado un par de encuentros de exhibición en Abu Dabi a mediados de diciembre, en los que perdió contra Andy Murray y Denis Shapovalov y contrajo la COVID, venció por 6-2 y 7-5 este jueves a Ricardas Berankis, lituano de 31 años y 104º del mundo.
El número seis y primer cabeza de serie de este evento en el que también participó en el cuadro de dobles con Jaume Munar (aunque decidieron no jugar más tarde contra Golubev y Skugor), se medirá en los cuartos del viernes (no antes de las 5:30, Eurosport) con el neerlandés Tallon Griekspoor, que pudo con el australiano Alexei Popyrin (6-3, 4-6 y 6-3). "Muy feliz de volver a competir después de vivir momentos complicados en el último año y medio", dijo el español.
En 91 minutos, Nadal evidenció cierta mejoría con respecto a aquellos duelos de preparación, sobre todo con los restos y, a ratos, el revés cortado. Su primer set fue casi perfecto. En media hora metió un 70% de primeros servicios, con los que sólo perdió dos puntos, y se dejó otros dos con segundos. Además, cometió dos errores no forzados, para un total de 13 al final, y no concedió opciones de quiebre a Berankis, un rival al que nunca se había enfrentado y que se vino arriba en la segunda manga cuando menos se esperaba su reacción. Rafa había arrancado con un amenazante 2-0 y, acto seguido, perdió su saque. Aunque la victoria no corría peligro, porque se le veía bien de movilidad para responder a los cambios de dirección y el buen ritmo que le proporcionó su oponente, dueño de un drive más que aceptable. Y eso, a sus 35 años, es lo que más debe preocuparle por sus problemas crónicos en el pie derecho debido a ese dichoso síndrome de Müller-Weiss que le atormenta desde 2005, en los albores de su carrera profesional. "Lo principal es tener salud. Por lo demás, lo que necesito es hacer las cosas que puedo controlar, trabajar, trabajar y trabajar, mantener la actitud adecuada y ser paciente, porque a veces puede ser frustrante entrenar y no ver mejoría. Eso pasó durante semanas", explicó tras el encuentro.
Bache y alargue
Tras un juego tranquilo, solventado en blanco, el ganador de 88 títulos, 20 de ellos de Grand Slam, salió de un primer bache provocado por el paso al frente que dio Berankis en sus restos, y obtuvo un nuevo break que consolidó para abrir brecha. Después cedió de nuevo su turno antes de solventar el compromiso a la contra, haciendo la goma, algo muy suyo y, quién sabe, si premeditado cuando considera que necesita minutos en pista.
Munar se impone a Laaksonen
Jaume Munar, que venció en primera ronda a Kevin Anderson, se clasificó este jueves para cuartos de final en Melbourne tras ganar también en dos sets al suizo repescado de la previa Henri Laaksonen por 6-1 y 7-5 en 1h23. El mallorquín, que brilló al servicio con 11 saques directos y buenos porcentajes, falló mucho menos que su rival (10-36 en errores no forzados) y sólo perdió su turno en una ocasión, mientras que él se apuntó cinco breaks. Es la tercera vez que vence al helvético de 29 años y 98º del mundo, después de haberlo hecho antes en un Challenger disputado en Camberra en 2020 y el año pasado en el 250 de Marbella. Munar se enfrentará al estadounidense Maxime Cressy, que superó en un agónico partido a su compatriota Reilly Opelka por 4-6, 7-6 (5) y 7-6 (9). "Tuve muchos altibajos el año pasado y estoy feliz de comenzar este con estas dos victorias. Realmente me siento cómodo, y creo que es un premio por el buen trabajo que he estado haciendo este diciembre con mi equipo, y espero más. Feliz por eso, pero también con hambre de más", dijo Jaume.