Rublev y Medvedev le dan a Rusia su tercera Ensaladera
Rublev ganó en dos sets a Gojo y Medvedev, que prácticamente no lo celebró, hizo lo propio contra Cilic. Gran temporada para el tenis ruso.
La Federación Rusa de Tenis hizo buenos los pronósticos que le daban como gran favorita para hacerse con la Ensaladera, la tercera de su corto historial, en la segunda edición de las Finales de la Copa Davis. En un Madrid Arena repleto, Andrey Rublev, número cinco del mundo, y Daniil Medvedev, segundo del ranking, llevaron a su equipo hasta la victoria en la gran final a Croacia por la vía rápida (2-0, no se jugó el dobles) y en menos de tres horas, con sus triunfos individuales ante Borna Gojo (6-4 y 7-6 (5) y Marin Cilic (7-6 (7) y 6-2). “Estoy más feliz por el equipo que por mí, me enorgullece formar parte de él y haber ganado los puntos (termina el torneo invicto, 5-0). Han sido dos semanas sensacionales, porque no es fácil hacerlo tan bien a estas alturas de la temporada. Gracias por apoyarme hoy”, dijo el moscovita con cierta sorna.
Rusia, que sólo perdió dos partidos en el campeonato (el de Rublev contra el español Feliciano López y el intrascendente de dobles contra la pareja alemana), culmina así un 2021 extraordinario que empezó con el triunfo del equipo masculino en la ATP Cup, continuó con la participación de Medvedev en la final de Australia y su posterior título en el US Open (antes hubo tres medallas olímpicas), y culmina con la victoria de las chicas en la Billie Jean Cup, de los chicos en la Copa Davis, y por si fuera poco, de sus cachorros en la Davis júnior. Además, tienen cuatro jugadores en el top-20 (Medvedev, Rublev, Karatsev y Kachanov) y cinco jugadoras en el top-40 (Pavlyuchenkova, Kasatkina, Kudermetova, Alexandrova y Samsonova).
Con sólo 24 años, Rublev ya es un histórico del equipo de la Federación Rusa de Tenis, cuya andadura en la Copa Davis como país independiente tras el desmembramiento de la URSS arrancó oficialmente en 1993 (en 1992 jugó como Comunidad de Estados Independientes). Después de vencer a Borna Gojo, Andrey ya es el quinto jugador con más victorias individuales de su nación (12-5) en solitario, por detrás de Kafelnikov (31-16), Safin (21-15), Youzhny (15-11) y Davydenko (14-9). Rublev se ha mostrado imparable desde las semifinales ante Alemania, cuando barrió a Dominik Koepfer, después de protagonizar un inicio de torneo titubeante frente al ecuatoriano Quiroz, de perder contra Feliciano López y de sufrir para superar al sueco Elias Ymer. Ante Gojo se llevó el primer set con cierta facilidad, gracias a una rotura en el séptimo juego. La segunda manga la tuvo que pelear más. Tuvo hasta cinco opciones de quiebre para romper definitivamente al croata, pero se le escaparon y el triunfo lo encontró en el desempate, culminación de una actuación sólida en la que no permitió que su rival gozará siquiera de un punto de break, con un 92% de puntos ganados con primeros servicios, y sólo cometió cuatro errores no forzados.
La frialdad del Oso
Luego compareció en pista Medvedev, que se había picado con el público madrileño el sábado en su partido contra Struff. La primera manga no la dominó, de hecho, tácticamente Cilic estuvo brillante y le complicó mucho la vida cambiándole el ritmo con el revés cortado, lo que provocó errores no forzados de Daniil. Poco a poco, el ruso se hizo con el partido y después de desperdiciar una bola de break y salvar otra, en el desempate demostró tener nervios de acero y se adelantó. Su rival, que había hecho un gran esfuerzo sobre todo mental, se descosió al encajar un quiebre que le colocó con un 3-1 peligroso en contra. A partir de ahí, Medvedev falló poco y no perdonó los descuidos del croata recuperado para el tenis, que ha protagonizado un notable final de temporada, refrendado con el título de San Petersburgo. Daniil hizo de su servicio un seguro. Sólo perdió cinco puntos con primeros y eso le permitió mantener a ralla a un Cilic que hizo lo que pudo, pero no pudo evitar encajar su tercera derrota ante el dos del mundo en otros tantos enfrentamientos. El Oso, como le apodan porque es el significado de su apellido, apenas celebró su victoria mientras el capitán, Tarpischev, le abrazaba.