Roger Federer sigue avanzando en su rehabilitación de la operación a la que se sometió en su rodilla derecha. Una recuperación que el suizo está llevando con mucha paciencia y prudencia... y que podría tener su repercusión en la planificación de la temporada 2022.

Federer ha concedido una entrevista que ha publicado este miércoles el diario suizo La Tribune de Genève en la que analiza cómo marcha esta recuperación y donde deja entrever una buena y una mala noticia: volverá a las pistas de tenis pero este regreso podría producirse después del verano de 2022, por lo que el suizo no jugaría el Open de Australia (algo que ya descartó su técnico Ivan Ljubicic), Roland Garros y tampoco en Wimbledon, su Grand Slam preferido. "Me sorprendería mucho que pudiese jugar en Wimbledon", manifestó Federer.

La razón de este regreso tan tardío se debe a que los plazos de recuperación de Federer se han alargado ya que los médicos le recomendaron al tenista suizo que no tuviera prisa a la hora de recuperarse de su tratamiento en la rodilla y en el menisco. "Este verano hemos decidido curar la lesión de mi menisco y eso implica que haya un tiempo de inmovilización. Los médicos también aprovecharon la oportunidad para tratar mi cartílago. La combinación de estas dos intervenciones requieren paciencia y la prudencia".

Sin embargo, el hecho de que haya que esperar casi un año para volver a ver a Federer en acción no desmotiva al suizo, que aún sueña con volver a jugar una final de un Grand Slam. "Mi ambición es ver una vez más de lo que soy capaz. Mi vida no se va a derrumbar si no vuelvo a jugar una final de Grand Slam, pero sería un sueño volver a una de ellas y, de hecho, creo que puedo hacerlo", manifestó.