Muguruza echa a los fantasmas del pasado con un inicio brutal
La española, que cayó en la primera ronda de 2019, casi le endosa un doble rosco a la francesa Ferro. Nunca había iniciado un Grand Slam con un resultado tan contundente.
Había cierta inquietud alrededor del estreno de Garbiñe Muguruza en Wimbledon, por el precedente de su derrota en la primera ronda de 2019 ante la inopinada brasileña Haddad Maia (por aquel entonces 121ª del mundo) y porque venía de caer este año también en el inicio de Roland Garros contra la ucraniana Kostyuk. Además, seguían latentes los problemas musculares que la lastraron desde el torneo de Charleston. Pero la española ahuyentó a todos esos fantasmas con un arranque espectacular ante la francesa Fiona Ferro, a quien estuvo a punto de endosarle un doble rosco, que hubiera logrado de no ser por su único despiste en todo el partido, cuando sacaba con 5-0 para cerrar la victoria. No obstante, nunca había iniciado un Grand Slam con un resultado tan contundente: 6-0 y 6-1 en 50 minutos.
Garbiñe se enfrentará en la segunda ronda, con la moral por las nubes y una sonrisa abierta que dejó ver al final del duelo, a la sorprendente neerlandesa de la previa Lesley Pattinama Kerkhove (29 años y 174ª), que pudo con la rusa, ganadora de dos majors, Svetlana Kuznetsova (doble 6-3).
Muguruza, undécima cabeza de serie, campeona del torneo en 2017 y finalista en 2015, golpeó la pelota con saña, sacó muy bien (una doble falta y ocho puntos perdidos en sus turnos) y sólo cometió siete errores forzados en todo el encuentro. Por contra, su rival sumó 22 y evitó la humillación absoluta al aprovechar la única oportunidad de quiebre que tuvo, en ese sexto juego de la segunda manga. Ni el apoyo del público, asombrado por la actuación de Garbiñe, logró que Ferro pudiera quitarse de encima el alubión de juego y contundencia que propuso Muguruza.