Feliz, relajado, acompañado por su equipo y por su familia (esposa e hijos), Novak Djokovic afina su puesta a punto para Wimbledon en el Mallorca Championships, que se disputa esta semana en las pistas del Mallorca Country Club de Santa Ponça, Calvià. El serbio se apuntó al torneo de dobles gracias a una invitación de los organizadores y este martes, junto a su buen amigo Carlos Gómez Herrera, con quien se entrena a menudo durante sus frecuentes estancias en Marbella, se impuso por 5-7, 6-4 y 13-11 en la primera ronda al bosnio Tomislav Brkic y a otro serbio, Nikola Cacic. Djokovic anotó el punto de la victoria en el desempate con una derecha cruzada que rozó la línea de fondo. Se enfrentarán en cuartos a Marcel Granollers y al argentino Horacio Zeballos, que derrotaron a los checos Jebavy y Vesely por 6-2, 3-6 y 12-10.

"Una de las razones por las que he venido aquí antes de Wimbledon es para poder pasar más tiempo con mi hijo Stefan (ya pelotea con él en los entrenamientos), con mi familia... Porque en Londres, con el confinamiento no podré moverme demasiado", dice el número uno del mundo, que tiene entre ceja y ceja conseguir el Golden Slam, que consiste en ganar los cuatro majors y los Juegos Olímpicos en un mismo año. De momento, en 2021 ha sido campeón del Open de Australia y de Roland Garros. Le quedan Wimbledon y el US Open... y a falta de confirmación oficial, peleará por lograr en los Juegos de Tokio el único gran título que le falta.

Djokovic, que había jugado su último partido oficial de dobles en enero del año pasado en Dubai junto con el croata Marin Cilic (perdieron ante Ram y Salisbury), podría plantearse incluso participar en el campeonato olímpico por parejas con Filip Krajinovic, Miomir Kecmanovic o Laslo Djere, que podrían ser otros demás serbios que se apunten a la cita olímpica (Dusan Lajovic anunció que no estará).

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