Zverev aparta de las semifinales a un Davidovich mermado
El alemán superó al malagueño, que jugó molestias con dolor en la espalda y cansancio. Se enfrentará a Tsitsipas, que ganó a Medvedev por 6-3, 7-6 (3) y 7-5.
El mejor Grand Slam de Alejandro Davidovich hasta la fecha tocó a su fin este martes en Roland Garros. El malagueño de 22 años recién cumplidos no tuvo opción siquiera de soñar con dar la sorpresa ante Alexander Zverev, hoy por hoy muy superior en la versión más seria y concentrada de toda su carrera. El alemán de 24 años y sexto del mundo venció por 6-4, 6-1 y 6-1 en 96 minutos y se enfrentará el viernes en las semifinales, las primeras que alcanza en el torneo, Stefanos Tsitsipas, que ganó Daniil Medvedev por 6-3, 7-6 (3) y 7-5 en la sesión nocturna de la Philippe Chatrier. El ruso dominaba por 6-1 (6-2 ahora) en el cara a cara. “Estos eran los primeros en los que competía, pero creo que Álex jugará muchos cuartos en el futuro”, dijo Zverev con elegancia sobre su rival, mermado por un dolor en la espalda y el cansacio acumulado de muchos partidos duros.
El duelo entre dos hijos de rusos con diferentes nacionalidades a la de sus progenitores, segundo en un evento de la misma categoría tras el de octavos del US Open 2020 (6-2, 6-2 y 6-1), arrancó con un carrusel de quiebres que benefició a Zverev, más tranquilo y confiado en sus posibilidades pese a perder su servicio en el arranque. El teutón recuperó dos breaks nada más encajarlos, se adelantó después y cuando Davidovich reaccionó volvió a romperle el saque para apuntarse una primera manga anárquica y desordenada. Para tener alguna oportunidad, el español debía jugar al límite y eso le llevó a cometer muchos errores (30 en los dos primeros sets para un total de 37).
Las ilusiones iniciales nunca tuvieron visos de convertirse en reales, porque Álex no fue capaz de ser estable en sus turnos de servicio, con unos porcentajes ínfimos y una producción más bien baja de golpes ganadores (16). Al menos fue fiel a su estilo, pero sus impactos no tuvieron precisión y Zverev, mucho más cuidadoso con la pelota, le condujo como quiso de un lado a otro de la pista. Desde la final del US Open del año pasado, que perdió por muy poco contra Thiem, Sascha está muy centrado y ya es un aspirante fiable en los majors. A ese nivel, para Davidovich es infranqueable. No obstante, ha demostrado que puede competir con los mejores y estar en las segundas semanas de los torneos importantes. De París saldrá como número 35 del ranking (el mejor puesto de su trayectoria), como cuarto mejor español y con plaza olímpica. No es mal premio.