Carlos Alcaraz roza el triunfo en su debut en un Masters 1.000
El murciano de 17 años tuvo un quiebre de ventaja en el tercer set y luego estuvo a sólo dos puntos de vencer al finlandés de 21 Emil Ruusuvuori.
Carlos Alcaraz estuvo a dos puntos de ganar en su debut en un Masters 1.000, pero al final cayó ante Emil Ruusuvuori, un rival de su liga, muchas veces más complicado de batir para los jóvenes que jugadores consagrados que a menudo se confían o se ven sorprendidos. El murciano de 17 cayó en tres sets (6-4, 2-6 y 7-5) en la primera ronda del Miami Open ante el finlandés de 21 y 83º del mundo que se entrena en la Rafal Nadal Academy. De hecho, se entrenó con el dueño en Manacor el pasado mes de diciembre. Será él quien se enfrente a Alexander Zverev.
Carlos no desmereció, ni mucho menos, la invitación que le concedieron los organizadores del torneo y no venció por pequeños detalles, pero dejó una gran imagen, sobre todo entre el inicio del segundo set y los primeros juegos del tercero. Ahí rubricó un parcial de 9-3 para igualar el partido y ponerse con un 3-1 ilusionante, camino de un triunfo que se le escapó por algún error, pero, sobre todo, por el mérito de un Ruusuvuori, un tenista muy frío, que eliminó a Monfils en el Open de Australia, y que no se descompuso cuando Alcaraz le pasó por encima en esos minutos maravillosos en los que confundió al finés con su variedad de saques y con unos restos largos y endiablados pese a que casi todos los hizo por detrás de la línea de fondo.
Lástima que el discípulo de Juan Carlos Ferrero, que tomó buena nota de los detalles del partido en un cuaderno, no pudiera consolidar ese quiebre en la tercera manga. Su oponente se marcó un contrabreak en blanco y luego aguantó la presión cuando con 5-4 para el español resolvió un deuce más que peligroso para sus intereses. En el siguiente juego, Alcaraz se equivocó al ejecutar una dejada relativamente sencilla y encajó una rotura que fue definitiva, pese a que al resto fabricó un 0-30 esperanzador que se esfumó. Así terminó otra valiosa lección para un chaval cada vez más cuajado. Le veremos la semana que viene en el Challenger de Marbella.