Con las buenas sensaciones que tenía justo antes de llegar a Australia casi totalmente recuperadas, Rafa Nadal se enfrenta este miércoles (09:30, Eurosport), en busca de su 35ª semifinal de Grand Slam, a Stefanos Tsitsipas, uno de los principales exponentes de la llamada Next Gen, la ‘próxima generación’ que lanzó la ATP en 2017 y que no termina de dar el salto que se preveía por la calidad de algunos de sus componentes. No es el caso del joven griego de 22 años y sexto del mundo, campeón de la Copa de Maestros en 2019 y que ha sido capaz de vencer ya dos veces a Federer y a Djokovic, y una al propio Nadal, si bien es verdad que se esperaba un poquito más de él, sobre todo en Grand Slams. Con el balear tiene el balance muy en contra, 6-1, y en el único precedente entre ambos en 'majors', las semifinales de hace dos años en Melbourne, naufragó en tres sets (6-2, 6-4 y 6-0).

Tampoco se le puede reprochar demasiado aquella derrota a Tsitsipas, porque Nadal es un auténtico ogro para la promocionada y escasamente exitosa Next Gen. El número dos del mundo domina a los jóvenes destinados a ser su relevo por un contundente 40-4, 12-0 si se cuentan sólo los grandes torneos. Zverev dos veces, Shapovalov y el heleno son los únicos jóvenes que han podido hasta ahora con Rafa en ATP 500 y Masters 1.000. Sebastian Korda y Jannik Sinner, en el pasado Roland Garros, fueron los últimos que padecieron la furia del español, con derrotas en tres sets (ver tabla). Y entre todos ellos, hay uno que tiene pesadillas con él: el ruso Karen Khachanov, que ha perdido en sus siete enfrentamientos.

En la previa del choque de cuartos, Nadal trabajo en el gimnasio y se entrenó con normalidad e intensidad a mediodía en un ambiente distendido y optimista, con la compañía y el apoyo del entrenador Francis Roig, el fisio Rafa Maymó, su jefe de prensa, Benito Pérez Barbadillo, el mánager Carlos Costa y el padre del tenista, Sebastiá. El tratamiento para su espalda funcionó y cada vez está mejor. Tsitsipas, por su parte, se libró del partido de octavos por la renuncia de Berrettini y encarará al de Manacor sin haber jugado los dos anteriores días, aunque sólo acumula 31 minutos menos en pista (ver cara a cara).

Alegría y espíritu competitivo

"Tengo que estar a un nivel muy alto, si no será imposible, aquí estamos para intentarlo, la perspectiva es diferente, la situación ha mejorado sin ninguna duda. Para jugar contra Stefanos tengo que dar otro paso adelante”, dice Rafa, que tiene la fórmula para llegar lo más lejos posible en Australia, hacia donde ya va disparado Djokovic: “Ahora ya está todo por ganar, para jugar con alegría, hacer un esfuerzo y tener espíritu competitivo”.