Nadal llega a tiempo para meterse en cuartos de final
La versión estándar de Nadal apareció ante el primer enemigo de entidad, Fognini, al que venció sin aparentes molestias. Su próximo rival será Tsitsipas.
Los duros días de tratamiento, con infiltraciones en la espalda y paso por el hospital, le han dado resultado a Rafa Nadal, que ya es el de siempre, con todos sus mecanismos naturales en funcionamiento. Se vio ante el primer rival de verdadera entidad que se encontró en el Open de Australia este lunes. En unas condiciones que le vinieron al pelo, de día y con calorcito, el balear ganó a Fabio Fognini en tres sets (6-3, 6-4 y 6-2 en 2h:16) y jugará por 13ª vez los cuartos de final del torneo (43ª de Grand Slam en total), un logro que le coloca en el tercer puesto histórico, empatado con Jack Crawford y Adrian Qist, y sólo por detrás de Roger Federer (15) y John Newcombe (14).
Para esa ronda caliente espera rival y será bastante bueno: Stefanos Tsitsipas, que pasó por retirada de Matteo Berrettini (otra lesión abdominal) antes de jugar. “Son jóvenes, fuertes y con energía”, dijo sobre ellos Nadal, a quien le corrieron los golpes sin demasiado esfuerzo, tanto de drive como, especialmente, de revés, una gran noticia; acreditó muy buenos porcentajes de saque con velocidades más altas que en los anteriores encuentros (llegó a servir a 201 Km/h) y en cuanto a movilidad, sus piernas rindieron ya con el dinamismo que él esperaba. Buenas sensaciones para lo que viene y más opciones de alcanzar sus objetivos, que siempre son los más altos.
Ante Fognini, un amigo al que se había enfrentado antes 16 veces (13-4 ahora en el balance), Rafa fue de menos a más. Antes de empezar, los médicos del torneo alarmaron a todo el mundo al aparecer en la pista y preguntarle a Nadal qué necesitaba. Afortunadamente fue un error, porque él no había pedido asistencia. "Será en otra pista", dijo. Pasada esta anécdota, inició una labor de zapa que desgastó inexorablemente las fuerzas de un rival que venía castigado por un partido muy duro ante su compatriota Caruso y que ganó a De Miñaur en tres sets con más esfuerzo del que denotó el marcador. Tuvo arrestos el italiano para jugarle de tú a tú al español, que golpeó primero con un quiebre contestado por Fabio después. De inmediato, Nadal logró el contrabreak y aseguró el primer parcial con cinco errores no forzados.
Punto de inflexión
En la segunda manga, el número dos del mundo encajó una rotura peligrosa porque era el 4-2 para Fognini. Sin embargo, fue el punto de inflexión que puso el resto del partido a su favor, porque a partir de ahí no hubo más historia que la dictada por el ganador de 20 Grand Slams. Un parcial de 10-2 acabó con la resistencia menguante del de San Remo, que se entregó sin condiciones ante la evidencia de que no iba a poder repetir la hazaña de remontarle un 2-0 a Nadal como hizo en el US Open de 2015. El último juego, con Rafa en plan arrollador, dejó una impresión magnífica. Parece que la leyenda llega a tiempo. Ojo con él.