Karlovic: "Hubo meses en los que no podíamos comer mucho"
Ivo Karlovic, veterano tenista croata de 41 años, relata en un blog para jugadores los apuros por los que pasó con su familia por culpa de la Guerra de Bosnia.
Ivo Karlovic (Zagreb, Croacia, 41 años) es uno de los jugadores más veteranos y más altos (2,11) del circuito ATP. Ganador de ocho títulos individuales y número 14 del ranking mundial (ahora es el 147º) en agosto de 2008, este cañonero que posee el récord de saques directos de la Era Open con 13.653 (23,39%) habló sobre las dificultades que tanto su familia como él pasaron durante los años de la Guerra de los Balcanes o Guerra de Bosnia (1992-1995), cuando era un adolescente. Lo hizo en un blog para tenistas (Behind The Racquet).
"Crecí en Yugoslavia durante la guerra. Algunos jugadores lograron salir del país, pero no teníamos mucho dinero. Hubo meses en los que no podíamos comer mucho ni salir a la calle porque había aviones sobre nuestra ciudad y teníamos que buscar refugio bajo tierra", cuenta Karlovic, que recuerda sus comienzos en el deporte, cuando se adentró también en otras especialidades: "Entrenada en cualquier pista libre que veía. También jugué baloncesto hasta los 13 años. Era alto y me movía bien, así que los entrenadores de me hicieron jugar contra jóvenes de 18, pero eso no me gustó. Quizás podría haber ido a la NBA".
Ivo reconoce que al principio no tenía muy claro que lo suyo fuera el tenis: "A los 6 años cogí una raqueta, pero no me gustaba. Más tarde me enamoré de este deporte". Para él, el devenir en el circuito no fue tan fácil como el de otros tenistas: "A partir de los 21 años, pasé tres en el puesto 300 del mundo. Me desanimé porque vi a mis compañeros alcanzar posiciones más altas. No tenía entrenador, así que viajaba solo. Pensé en dejarlo antes de irme de gira. Cuando eres joven, estás alegre y esperas ser el número uno en el mundo. Luego te haces mayor y te das cuenta de que el camino es duro y requiere suerte". Karlovic no piensa aún en la retirada porque todavía puede "levantar pesas y esprintar como lo hacía hace diez años". "Pero he empezado a cuestionarme las cosas porque la gente dice que estoy envejeciendo. Durante la pandemia, me ha costado competir sin espectadores", afirma con cierta melancolía este gigante bonachón padre de dos hijos: "Quería tenerlos durante mi carrera porque quería que me vieran en Grand Slams. Mi hija tiene nueve años y mi hijo tres. Durante los últimos ocho meses, se han acostumbrado a tenerme en casa. Ahora es difícil viajar a los torneos porque tengo que dejarlos”.