Osaka no falla en el US Open: 3 de 3 en finales de Grand Slams
Naomi Osaka remontó tras encajar un parcial de 8-1 contra Victoria Azarenka en el inicio del partido y levantó su tercer título de Grand Slam, segundo en Nueva York.
Con sólo 22 años, Naomi Osaka cosechó ayer su tercer título de Grand Slam, al vencer en la final del US Open por 1-6, 6-3 y 6-3 en 1h:53 a Victoria Azarenka, que se queda de nuevo a las puertas del éxito en Nueva York, como en 2012 y 2013.
La campeona de 2018 remontó de manera fantástica tras encajar un parcial de 8-1 en un mal inicio de encuentro por su parte. Pese a su aparatoso vendaje en el muslo izquierdo, la japonesa fue superior físicamente y en tenis a la bielorrusa. El triunfo hubiera sido un premio a su constancia y determinación tras ser madre en 2017, volver en 2017 con problemas debido a la disputa por la custodia de su hijo Leo que le impidieron jugar muchos torneos y regresar de nuevo como lo ha hecho, al máximo nivel tras el parón por la pandemia.
Pero lo cierto es que Osaka, una vez que supo cómo reducir sus errores no forzados (empezó con 13 en el primer set e hizo 5 y 8 en los dos siguientes), fue mejor que Azarenka y sigue con una efectividad sobresaliente en finales de majors, ya que ha ganado las tres en las que ha participado: US Open 2018, Abierto de Australia 2019 y US Open 2020. "Espero que nos veamos en alguna más", le dijo Victoria, que estaba triste, pero a la vez "contenta" de estar ahí, "una bendición" para ella. "En realidad preferiría no verte en una final", bromeó Naomi.
Iban a enfrentarse hace dos semanas en lucha por el título del Western & Southern Open, pero la nipona renunció por problemas físicos y Vika ganó el torneo. El lunes saldrá como número tres del mundo en el ranking WTA, mientras que su rival será 14ª. Lo mejor que puede decirse de ella es que no se rindió cuando Osaka estaba con 4-1 y tres bolas de quiebre para ponerse con 5-1 en la tercera manga y logró que se disputarán tres juegos más con un break en el siguiente turno. El último punto del duelo fue una batalla que ganó por insistencia Naomi. Tal fue el esfuerzo, que se tumbó en el suelo para tomar distancia y mirar hacia el cielo pensando en lo que había logrado. "Todo el mundo cuando gana un título como este colapsa, yo quería hacerlo despacio para no lesionarme", explicó con sorna. Cuando venció en 2018, Serena Williams acaparó los focos con su polémica con el juez de silla y esta vez no había público en las gradas. Osaka apunta a dominadora y tiene pinta de ganar alguna copa más y que se la reconozcan a lo grande. De momento, tres de tres.