Zverev madura en 2020: segunda semifinal de Grand Slam
En un mal partido de los dos, Alexander Zverev se tomó la revancha de la derrota contra Borna Coric en el US Open de 2017. El alemán pasó a pesar de sus 12 dobles faltas.
A trancas y barrancas, en un mal partido por parte de los dos jugadores y a pesar de sus 12 dobles faltas (el problema más grave que tiene el alemán), Alexander Zverev ganó a Borna Coric (1-6, 7-6 (5), 7-6 (1) y 6-3 en 3h:25) y se clasificó para su segunda semifinal de un Grand Slam, las dos alcanzadas este año (llegó a las del Abierto de Australia al 19º intento). Se las verá con Pablo Carreño, que pudo con Denis Shapovalov.
De una tacada, Sascha se tomó la revancha de la derrota que le infringió el croata en 2017 también en el US Open (en segunda ronda) y acortó diferencias en el balance particular (3-2 ahora). Pero sobre todo, demostró que sus problemas en los majors, en los que hasta este curso sus actuaciones habían sido discretas, parece cosa del pasado.
Aquel duelo de hace tres temporadas fue bastante mejor que el de este martes. Ni Zverev ni Coric se emplearon con la intensidad que se requiere para jugar a estas alturas de un torneo como en US Open. Sin duda, sus posibles rivales, Carreño y Shapovalov, debieron darse cuenta, si lo vieron, de que el ganador de la otra semifinal tendría bastantes posibilidades de pasar ante cualquiera de esos dos, salvo cambio sustancial de nivel. Coric, quizá fatigado tras el palizón que se dio para remontar aquel loco partido de tercera ronda contra Tsitsipas, aunque en octavos tuvo un encuentro plácido ante Jordan Thompson. Y Zverev no aprovechó todo el potencial que le ofrece su gran servicio (cuando no hace dobles) para meterse en la pista y dominar como debería con el drive. Su revés le ayuda mucho y ya tiene suficiente experiencia. Pero ante otra versión mejor del balcánico lo hubiera tenido difícil.
De hecho, el primer set lo perdió con un claro 6-1. Se dejó llevar a la espera de mejores sensaciones y aunque no le llegaron, estuvo mucho más concentrado que su rival en los dos desempates que le pusieron en ventaja. En el segundo, Coric tuvo errores groseros. El cuarto parcial sí fue más fácil para el teutón, que amenazó varias veces con apuntarse un break hasta que lo consiguió en el octavo juego y luego no perdonó en su turno. Borna se lamentó, y es que está vez contemporizó demasiado y le faltó valentía.