Bautista deja escapar un partido controlado ante Pospisil
Bautista, 8º favorito y principal baza española en el torneo, se enredó cuando mandaba por 2-1 y cedió ante el canadiense, pese a que este pidió asistencia médica.
Roberto Bautista encajó este sábado en la tercera ronda del US Open una de esas derrotas que duelen por varios motivos. Para empezar, porque es en un Grand Slam, en tercera ronda y ante un rival asequible para el octavo favorito del torneo, que además llegaba en forma a la cita, tras forzar al máximo al gran Novak Djokovic en las semifinales del Masters 1.000 de Cincinnati. Además, el castellonense, tras perder el primer set, tenía el partido controlado después de ganar claramente los dos siguientes ante un rival que pidió tiempo muerto medico. Pero Roberto se enredó en la cuarta manga, inició mal la segunda y dejó que Pospisil se creciera hasta vencer por 7-5, 2-6, 4-6, 6-3 y 6-2 en 3h:40. El canadiense se enfrentará en octavos a Alex de Miñaur, un oponente al que perfectamente podría haber superado Bautista si no hubiera sufrido esa pájara en el último tramo del encuentro. Su historia en Nueva York, donde su tope eran las cuartas rondas de 2014 y 2015, no termina de despegar.
"Contra este jugador, todo pasa muy rápido, lo bueno y lo malo", dijo Rober tras el partido. Y así fue, porque en el inicio pasó de empezar él siempre a remolque, con permanente amenaza de quiebre, a tener dos ocasiones de romper en un mismo juego y ceder el primer parcial en el desimosegundo y con malas sensaciones. Luego vino una fase en la que el español se soltó y desbordó a Pospisil, que tuvo que echar pie a tierra para ser atendido por unas molestias musculares. Pero se tomó una medicación que debió ser mágica, porque parecía acabado y reaccionó con buenos saques, el drive cada vez más afinado y una presión constante sobre los turnos de Bautista que terminó por darle frutos cuando ya casi nadie lo esperaba. Fue parecido a lo que le pasó a Tsitsipas contra Coric, salvando ciertas diferencias (el griego estuvo con 5-1 en la quinta manga). Pero, en realidad, una sorpresa incluso más mayúscula. A fin de cuentas, el canadiense fue más agresivo y la prueba es que colocó 71 golpes ganadores, 19 de saque directo. Al español quizá le faltó algo más de atrevimiento, de creerse dominador por categoría y ranking, pero lo intentó todo.
"Sin darme cuenta, cuando más o menos estaba controlando mis saques, prácticamente sin ningún problema, él, que es un jugador incómodo, que va a tirones, estuvo afortunado al final y por desgracia no pude ganar", reconoció Roberto, que pese a la derrota está de nuevo, virtualmente en el top-10, aunque podrían adelantarle a lo largo de aquí al final del torneo. "El tenis y el deporte es así, a veces no salen las cosas como uno quiere. He dado todo lo que tenía en la pista y no han salido las cosas ni se ha dado el resultado".