Osaka se mete en la final con reivindicación antiracista
La japonesa, que había renunciado a jugar las semifinales y cambió de idea, pudo con Mertens (6-2 y 7-6 (5)). Se enfrentará a Azarenka, que venció a Konta (4-6, 6-4 y 6-1).
No era fácil para Naomi Osaka afrontar su semifinal del Open de Cincinnati después del estrés que le provocó, según confesó, su renuncia inicial a jugar como protesta por la violencia policial contra los afroamericanos en Estados Unidos. La japonesa cambió de idea después de consultar con la WTA y con el torneo, que decidió apoyar las reivindicaciones mundiales con la suspensión de toda la jornada del jueves. El caso es que Osaka ganó este viernes a Elise Mertens (6-2 y 7-6 (5)) y disputará por primera vez la final del evento que se disputa en la burbuja de Nueva York, previo al US Open.
Naomi salió a la pista con una camiseta en la que podía leerse el famoso lema Black Lives Matter alrededor de un brazo erguido con el puño cerrado. Y en la cancha de mostró intratable en el primer set e inteligente y serena en el segundo. Su dominio inicial se tornó en resistencia cuando, en un partido con muchos breaks, en la segunda manga levantó hasta ocho puntos de quiebre de Mertens para ponerse con 5-4 tras un larguísimo juego y aguantar después hasta el desempate. Ahí, a la nipona también se le torció la cosa, con 5-4 abajo y saque de la belga, pero anotó tres tantos seguidos y se llevó la victoria. En el partido por el título se enfrentará a Victoria Azarenka, que pudo con Johanna Konta (4-6, 6-4 y 6-1).
Azarenka vuelve a la final siete años después
Victoria Azarenka no ceja en su empeño de volver a la élite desde 2018, cuando retomó con cierta continuidad la competición tras ser madre. No gana un título desde Miami 2016 (se le escapó el de Monterrey el año pasado por lesión ante Muguruza) y este sábado tendrá la oportunidad de levantar el 21º si consigue vencer a Osaka. La bielorrusa se ganó a pulso esa posibilidad al no perder la fe en su partido contra Konta, que se llevó el primer juego y amenazó con cerrar el partido en el segundo tras igualar dos veces un quiebre en contra. Pero Azarenka aguantó y en la tercera manga pasó por encima de la británica, que apuntaba alto pero se queda de nuevo con la miel en los labios.
La experiencia es un grado y Azarenka jugaba su 58ª semifinal de un torneo WTA. Siete años después de ganar el Western & Southern Open ante Serena Williams en una temporada fantástica en la alcanzó el número uno, Victoria, sólida (sólo 12 errores no forzados) y con las ideas claras, peleará por sumar un segundo trofeo y llegar con la moral por las nubes al US Open, para alegría de su hijo, Leo, al que lleva a los torneos siempre que puede.