Garbiñe Muguruza volvió a dominar a la ucraniana Elina Svitolina en un Grand Slam, como el año pasado en Roland Garros, y en octavos se medirá a Bertens.
Muguruza sacó de maravilla, dirigió el juego fenomenalmente, sobre todo con el revés, cambiando direcciones con una movilidad excelente. Después entró a saco con el drive y subió con intención y mucho acierto, más del que en ella era habitual. Es uno de los aspectos que da impresión de mejora en su juego. Aunque ella prefiera mantener en secreto el trabajo que hace con su entrenadora, Conchita Martínez, la aragonesa era una maestra en esa suerte y puede ayudar a Garbiñe. Su actitud, ya se ha dicho antes, es impecable en esta nueva etapa y eso le lleva a tener determinación ante cualquier rival.