Nadal se eleva y su amigo Carreño paga los platos rotos
Nadal venció con mucha facilidad a su amigo Pablo Carreño en un partido en el que el balear solo perdió 10 puntos con su saque. Su rival en octavos será Kyrgios.
"Necesito mejorar", reconoció Rafa Nadal tras ganar el pasado miércoles con un actuación solvente pero un tanto gris al argentino Delbonis. Dicho y hecho. El balear cumplió y su amigo Pablo Carreño pagó los platos rotos. Ya se sabe que el número uno del mundo no suele tener misericordia con sus allegados, a los que suele ajusticiar en la pista por muy bien que se lleve con ellos fuera. Ni con sus compatriotas. Acumula 18 victorias seguidas contra españoles y no pierde con uno desde que le ganó en Melbourne Fernando Verdasco, en la primera ronda de 2016. De hecho, sólo le han superado en Grand Slams el madrileño, aquella vez y en dos ocasiones David Ferrer (US Open 2007 y Australia 2011). "Lo siento por Pablo", le dijo a McEnroe al final en la pista.
Los dos convivieron durante la Copa Davis y después en la ATP Cup, donde jugaron juntos en dobles. Ya lo habían hecho en el pasado y comparten entrebnamientos cuando les cuadra. Nada de eso le sirvió al asturiano que se fue del Open de Australia con un 6-1, 6-2 y 6-4 en 1h:39. Nadal sacó muy bien, de hecho sólo perdió tres puntos con sus servicios en el primer set, dos en el segundo y cinco en el tercero (10 en total). Sus porcentajes de tantos ganados: 87% con primeros y 78% con segundos. Además, afinó la precisión de sus golpes para acabar con siete errores no forzados. Impresionante. Con esta, lleva 475 victorias en pista dura. En octavos, altura que alcanza por duodécima vez en 15 participaciones, se las verá con el australiano Kyrgios, que ganó al ruso Khachanov en una batalla épica y divertida que duró 4h:26 y se decidió en el superdesempate después de otros tres tie-breaks (6-2, 7-6 (5), 6-7 (6), 6-7 (7) y 7-6 (8)).
Se acerca la fase más díficil del torneo y Nadal sabía que debía dar un paso más al frente. Lo hizo, aunque es justo reconocer que Carreño quizá no estuvo al altura de lo que puede ofrecer. El respeto al líder supremo del tenis español es tan grande que a los compañeros se la Armada les cuesta mucho no dejarse intimidar. Además, el manacorí se manejo bien en todos los ámbitos, no sólo con el saque (ni un sólo punto de quiebre en contra). Golpeó con profundidad (42 ganadores), usó con acierto el revés cruzado y el cortado, y las pocas veces que subió a la red estuvo sobresaliente. También puso muchos restos dentro y así logró que se le escaparán menos opciones de rotura que ante Delbonis (ganó la mitad, 5/10). A Carreño no le salvó esta vez su buen saque y no entró en ritmo en ningún momento. Con esta, acumula ya cinco derrotas contra Nadal, al que sólo le ha ganado un set. "Si me gana, seguiremos siendo amigos, si le gano yo, no lo sé", dijo Pablo en la previa. Pues su amistad, de momento, no se romperá.