Nadal remonta ante Tsitsipas
Nadal superó la resistencia de Tsitsipas y cumplió con su parte, pero para entrar en semifinales necesitaba que Medvedev, ya eliminado, ganase a Zverev y no lo hizo.
Con otra demostración de fuerza y coraje, Rafa Nadal hizo este viernes los deberes en las ATP Finals para remontar y vencer por 6-7 (4), 6-4 y 7-5 a Stefanos Tsitsipas, un rival top que llegaba invicto a la cita y sin haber perdido ni un set. En dos horas y 52 minutos, el balear cumplió con su parte, pero para entrar en semifinales necesitaba que Medvedev, ya eliminado, ganara a Zverev, que se jugaba el pase. Eso no ocurrió. Nadal no está en modo rodillo, su juego no es imperial, pero es el tenista que mejor compite y por eso es capaz de reventar a contrincantes de 21 años como Tsitsipas, a quien ya ha vencido, con esta, cinco veces en seis enfrentamientos.
Al número uno del mundo le costó leer bien los saques del ateniense en el set inicial. Y eso que en el primer juego al resto tuvo un 40-40, aunque luego encajó tres en blanco y en el último llegó sólo al 15-15. Le buscaba el revés con insistencia, aunque le era casi imposible superar las subidas de su rival, un jugador que cubre muy bien la red. Con su servicio apenas tuvo problemas. Perdió 10 puntos. Así las cosas, el devenir de ese parcial se veía abocado a un desempate tras casi una hora de tenis bastante anodino. En esa suerte, al español le tembló un poco el pulso y encadenó cuatro errores no forzados, muchos en tan poco tiempo. Tsitsipas no falló apenas y se sentó con ventaja deportiva y anímica, reforzado por los ánimos constantes y ruidosos de un pequeño sector griego del O2.
Nadal tenía que ser más agresivo y equivocarse menos en la segunda manga y lo intentó. Tras cuatro juegos de tanteo, lanzó su primer ataque con un 15-40 que se le escapó. La siguiente oportunidad, tras un par de tantos que celebró con rabia, se le escurrió también con una ventaja para el 4-3. Volvió a la carga Rafa y por fin obtuvo el premio que buscaba gracias, en gran parte, a un gazapo de bulto del heleno con el drive. Fue una recompensa merecida, porque en esos minutos Tsitsipas se limitó a defenderse y salir de apuros gracias a su más que correcto servicio. El de Manacor cerró sin demasiados problemas la igualada, tanto de resultado como de estadísticas, y se cargó de fe.
El tercer set fue por parecidos derroteros que el segundo, con Nadal hambriento de victoria ante un oponente ya clasificado y que perdió efectividad paulatinamente con el saque ("Quería ganar, pero no morir en la pista", dijo después). Al balear se le presentó de nuevo una gran ocasión con otro 15-40 en el quinto juego, que de nuevo se escapó por la gatera. Luego llegó la amenaza de Stefanos con un 0-30 en el turno posterior que levantó Rafa, que hizo crecer mucho su revés cruzado, un arma que le llevó a situaciones de presión interesantes al resto. En la red se hizo gigante y tuvo otra oportunidad de break fallida. No iba a ser fácil doblegar al griego. Tuvo que ser con un par de errores suyos, fruto del agotamiento psicológico al que estuvo sometido durante casi dos horas de acoso, y por la épica nadaliana, como tantas y tantas veces. Con 6-5, el líder del ranking sirvió para ganar, apretó los dientes, repitió sus famosas rutinas y abrochó el triunfo.