TENIS

Ana Salas: "Garbiñe Muguruza aún tiene que darnos muchas alegrías"

La tenista atendió a AS tras los ITF Seniors World Individual Championship para repasar su proyecto BePro, su carrera y la actualidad del tenis.

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Ana Salas posa con sus compañeras tras ser subcampeonas del mundo por equipos con España en los ITF Seniors World Individual Championships de Miami.
Twitter @fedetenismadrid

A sus 47 años Ana Salas sigue entregada al mundo del tenis como el primer día que decidió convertirse en profesional de este deporte. A sus 47 años Salas viene de disputar los ITF Seniors World Individual Championship, donde acumula 12 títulos mundiales, mientras compagina sus labores de comentarista en Movistar +, entrenadora del tenista paralímpico Daniel Caverzaschi y de directora de BePro, su gran proyecto de ayuda al deportista. Salas atendió a AS tras la disputa de la edición del torneo en Miami.

- ¿Cómo se mantienen las ganas e ilusión para jugar al tenis a los 47 años?

- Este fin de semana estuvimos en un simposio y tuve que repasar mi vida tenística. Mi vida ha sido un poco curiosa. Adapté yo misma mis estudios al tenis dejando el cole con 14 años para estudiar idiomas y luego reengancharme con la universidad a los 25. Un día me levanté y me dije 'Quiero ser tenista profesional' e hice todo lo que pude por serlo. Esa forma de ver el tenis es muy diferente a la mayoría de los niños de hoy que compiten porque sus padres quieren. Mi padre era mi entrenador y me inculcó ese amor por el tenis, y como empecé tarde a competir, siempre mantuve la actitud de hacer lo que pudiera con los pocos recursos que tenía, creo que esto ha alimentado el gusto por la competición hasta ahora. En definitiva, el hecho de querer competir en Miami pese a todo el trabajo que tengo, al final es una competición con uno mismo.

- En las últimas semanas se proclamó subcampeona del mundo por equipos con España en la categoría de +45 del ITF Seniors World Individual Championships. ¿Cómo ha sido esta experiencia?

- He sido campeona del mundo por equipos seis años, el último en Sudáfrica 2017, y la experiencia de jugar con tu selección nacional, sea en la categoría que sea, siempre es una experiencia maravillosa. Defender tus colores, con tus compañeras, siempre es algo especial. El tenis es un deporte muy individual pero tiene esta parte de competiciones por equipos en lo que se junta lo bonito de jugar tú sola en la pista y el tener un equipo detrás respaldándote. Tengo en total seis medallas de oro con la selección nacional entre las categorías +35, +40 y +45. Otras 5 medallas de oro en la competición individual y una más en dobles mixto.

- ¿Y qué tal le fue en el cuadro individual?

- En el cuadro individual este año en Miami perdí en cuartos de final. Llegué un poco tocada de la pierna y al final de la primera semana, que fue durísima, me resentí. No es una excusa por haber perdido en cuartos, es un buen resultado y la jugadora que me ganó tiene mucho nivel y aún estando bien me podría haber ganado igual. Volví antes de la cuenta pero ya estoy planificando la cita del próximo año en septiembre en Croacia para lograr un mejor resultado.

- Compartió generación con Arantxa Sánchez Vicario y Conchita Martínez. ¿Qué nos puede contar de ellas?

- La parte positiva de compartir carrera y generación con ellas es que nos abrieron muchas puertas. Arantxa y Conchita llegaron a ser la número 1 y número 2 del mundo. Fue muy positivo para todas las tenistas y deportistas del país. Pero por otro lado todo lo demás que hicieran las demás estaba eclipsado por ellas. Es como le pasa ahora a la Armada con Rafa. Ferrer, Bautista... parecen que no lucen al lado de Rafa pero no dejan de ser buenos. Aprendí mucho de Arantxa y Conchita pese a ser contemporáneas mías y estoy contenta de compartir generación con ellas.

- ¿Cuál ha sido el partido más complicado de su carrera?

- Cuando jugaba los Futures y los torneos internacionales de la WTA tuve partidos muy emocionantes pero el que me viene a la memoria es un partido de una final de un campeonato del mundo en México 2010. Fue agónico, jugamos durante varias horas, llovía, nos cambiaron de pista y días antes estaba con 40 de fiebre delirando que pensé que me moría, y a fuerza de garra y lucha por ese partido, lo conseguí ganar. Ha sido uno de los pocos partidos en los que cuando acabé me puse a llorar. Estuve 10 minutos llorando de emoción de haber pasado de estar casi muerta días atrás a ganar una final épica. Todo el público mexicano me arropó mucho.

- Actualmente trabaja como comentarista en Movistar +. ¿Cómo cambia la forma de ver el tenis desde el otro lado de la pista?

- Haber jugado ayuda mucho a cualquier deportista que comenta su deporte, lo hace más fácil. Ser espectador de los partidos habiendo sido jugadora te hace disfrutar mucho más del tenis. Cuando lo comentas, sabes lo que está pasando y lo que están sufriendo, sobre todo en el tenis femenino. En Movistar + me gusta comentar esa faceta femenina del tenis. Son matices que la gente que no ha jugado no puede ver. Esos son los matices que más me gusta comentar. El tenis femenino es mucho más emocional, y eso es divertido explicarlo dentro de una retrasmisión.

- ¿Cuál ha sido su mejor momento como comentarista?

- La final de Wimbledon 2017, cuando ganó Muguruza, con Conchita como entrenadora. Fue muy emocionante ver a una jugadora española ganado Wimbledon con una entrenadora española. Me gustan mucho también los partidos de Serena Williams, con toda su fuerza y lo especial que está siendo su carrera deportiva. En definitiva, cuando juega una jugadora española siempre es más emocionante y más si logra un resultado como un título como un GS, al final nos emocionamos todos.

- Además de comentarista, también dirige y gestiona su propia empresa, BePro. ¿En qué consiste este proyecto?

- BePro es el proyecto, fruto de todas las experiencias en las etapas de mi vida profesional. He sido tenista profesional, entrenadora de varios chicos y chicas, directora de la Federación de Tenis de Madrid, directora de decenas de torneos nacionales e internacionales. Vi que había un vacío en la formación académica adaptada al deporte. Está a la orden del día el deportista al que no le cambian un examen o que no puede llevar sus estudios al nivel que quiere por el deporte o viceversa. Llevo cuatro años con ello, ya somos fundación. Identificamos los centros académicos que ayudan al deportista como universidades o colegios y mostramos una plataforma con todas las becas y ayudas que ofrecen y gestionamos esas becas económicas por mérito deportivo además de adaptar los planes de estudio a la carrera del deportista.

Ya damos nuestras propias becas con la idea de potenciar a nuestras universidades, nuestros entrenadores, nuestros clubes, nuestras escuelas. Tenemos los mejores entrenadores de todos los deportes y tenemos los mejores deportistas y hemos perdido en los últimos años a muchos talentos por no ayudarles a hacer compatibles los estudios y deporte en España. Queremos que el deportista que se quiera quedar aquí pueda seguir formándose académicamente y no tenga que dejarlo. También identificamos centros de entrenamiento de competición, alta competición y adaptados a la discapacidad física, intelectual y sensorial.

Para todo ello, hemos creado una plataforma de recursos para deportistas en España y un servicio de atención al deportista para todo lo que necesite, incluido el mercado laboral. Es algo que no existía, estamos abriendo un camino nuevo y después de cuatro años estamos viendo la fórmula para que todas las partes ganen y salgamos adelante. Ya tenemos 10 deportistas becados en diferentes universidades y centros, algunos de ellos al 100% y el año que viene esperamos triplicar esta cifra.

- ¿Se plantea dar el salto como entrenadora de élite?

- Se puede decir que soy entrenadora de élite del circuito de tenis en silla. Ahora mismo estoy como entrenadora de Daniel Caverzaschi. Dani empezó en la Federación de Tenis de Madrid cuando yo la dirigía. Dani tenía 14 años y formaba parte de un proyecto que dirigía de escuelas adaptadas a la discapacidad y desde entonces hemos trabajado juntos y ahora nos une un vínculo profesional y de amistad muy fuerte. En los últimos tres años me he podido dedicar más a él. Si te refieres a mi faceta como entrenadora de élite de la WTA, de momento no me da tiempo y tengo que priorizar y focalizar mis esfuerzos, pero no lo descarto para el futuro ya que me encanta.

- Usted jugó en el circuito WTA. ¿Ve muchas diferencias entre su época y ahora?

- Mi mejor ranking fue la 270 de la WTA. Empecé tarde y exprimí al máximo mis posibilidades económicas y recursos físicos porque jugué mi primera previa de ITF a los 19 años. Con mi mejor ranking, a los 28 años, necesitaba ganar dinero y tuve que empezar a entrenar a chicas a la vez que jugaba. Hay mucha diferencia en el circuito de mi época y en el actual. El nivel ha subido mucho, la forma de jugar también, las chicas son mucho más rápidas, mucho más fuertes, hay más chicas... El nivel sube cada año.

- ¿Cómo ves a Garbiñe Muguruza, Carla Suárez y el resto de raquetas españolas presentes en el circuito?

- Garbiñe tiene mucho que darnos todavía. Es una tenista que ya ha conseguido un gran curriculum, 2 Grand Slam y haber sido número 1 del mundo, así como el resto de títulos conseguidos, es algo muy grande. Pero a pesar de todo creo que tiene mucho potencial, tiene mucho que dar. Con 26 años es joven, le queda una carrera por delante. Cuando he comentado partidos de Garbiñe siempre apunto que tiene que controlar sus emociones. El jugador son muchas cosas. El jugador es su táctica, su técnica, su físico y su balance emocional, etc. Cuando tienes mucho temperamento te hace jugar muy bien al tenis pero también te hace perder esos partidos que todos lamentamos de vez en cuando. Cuando consiga controlar esas emociones, estoy convencida de que va a seguir engrosando su gran curriculum y nos va a dar muchas mas alegrías.

Sobre Carla, es una jugadora que ha exprimido su tenis al máximo pero que aún tiene que decir mucho. Han bajado en el ranking pero confío mucho en ellas. Y también hay que destacar esas chicas que vienen detrás como Arruabarrena, Sorribes... y las jóvenes, que nos van a dar muchas alegrías. Paula Badosa, Aliona Bolsova, Eva Guerrero, etc. Luego hay un pequeño escalón entre otras tenistas como Bucsa, Danilovic o Georgina García.

- Hablemos de Rafa Nadal. ¿Cómo le ve para este tramo final de temporada y para el próximo año?

- Creo que Nadal está haciendo una cosa muy bien, y es que se está dosificando mucho. Se notó la molestia abdominal en París y no salió a la pista en una semifinal de un Master 1000. Creo que hizo lo correcto, a pesar de que a todos nos hubiera gustado verle. Este año hubo un punto de inflexión en el Godó. Aunque perdiera vi cambio en su cabeza, hizo 'clic', entró en una dinámica positiva, ganó Roland Garros y ha realizado con el US Open un fin de año espectacular y creo que nos tiene guardado en el tarro de las esencias un súper 2020. Puede que priorice la medalla de oro en las olimpiadas y creo que se está preparando mucho para esto. Rafa nos ha demostrado que no le importa el resultado ni ser el número 1 del mundo, el trabaja con otros objetivos. Es la maravilla de Rafa, que su punto de mira va más allá del resultado, con humildad y con fuerza. A día de hoy a todo eso se le añade una preparación física como nunca y toda la experiencia que acumula de tantos años siempre haciendo feed back los partidos.

- ¿Nos podría dar un consejo para seguir jugando y mantener la pasión por el tenis?

- Si has competido toda tu vida, la competición lo que hace es empujarte a no dejar de hacer deporte. A esta edad no tengo que demostrar nada pero disfruto de luchar por ganar cada Mundial y cada torneo, pero sobre todo, disfruto de entrenar para conseguirlo. Para mí el reto de un Mundial o un Campeonato de España es un empujón para entrenar cada día, me motiva el estar en forma para conseguir estos títulos… aunque no los consiga. La clave de la ilusión por el tenis es poder dedicarle tiempo a entrenar y la humildad para que cuando vengan los resultados que no esperabas, sean los te impulsen a seguir intentándolo con más fuerza.