Federer y Nadal mantienen la ventaja de Europa
Nadal pudo con Raonic (6-3 y 7-6 (1)) y perdió el dobles con Tsitsipas ante Kyrgios y Sock (6-4, 3-6 y 10-6). Este domingo jugará con Federer de pareja y luego contra Kyrgios.
Rafa Nadal sigue en forma y lo demostró con un triunfo brillante ante el canadiense Milos Raonic (6-3 y 7-6 (1)) con el que lanzó a Europa en la segunda jornada de la Laver Cup. Aunque después, en el dobles junto al griego Stefanos Tsitsipas, no pudo repetir éxito contra Jack Sock y Nick Kyrgios, que vencieron por 6-4, 3-6 y 10-6. Ahora el equipo del Viejo Continente gana al Team World, el conjunto del resto del mundo, por 7-5, ya que las victorias del sábado valen doble. Unas horas antes, en la sesión matinal, Roger Federer tiró de orgullo para contener a Kyrgios (6-7 (5), 7-5 y 10-7) y evitar que el Team World se adelantara después de la victoria del gigantón John Isner (2,08), que había remontado ante Alexander Zverev(6-7 (2), 6-4 y 10-1) para poner la competición en tablas (3-3). Todo se decidirá hoy desde las 12:00 con los cuatro últimos choques: el de dobles Nadal-Federer contra Isner y Sock, será la llave antes del posible triunfo de Europa antes de los individuales, que arrancarán con un morboso Nadal-Kyrgios. Lo triunfos valdrán tres tantos y ganará el que llegue a 13.
Los jugadores capitaneados por John McEnroe enjugaron inicialmente la desventaja con la que habían terminado en la jornada del viernes tras los triunfos para Europa de Thiem contra Shapovalov, Tsitsipas frente a Fritz y el dobles formado por Federer y Zverev ante Shapovalov y Sock, que fue el único que sumó para el conjunto mundial al ganar a Fognini. Pero Federer devolvió la delantera al Viejo Continente (5-3).
En el impresionante Palexpo de Ginebra, llenó hasta la bandera, Zverev dejó escapar la oportunidad de distanciar al cuadro del Viejo Continente después de un comienzo prometedor y de alguna que otra volea con la que alucinó hasta el mismísimo Federer. Los consejos de Nadal, muy metido en el partido ante el habitual silencio del capitán Bjorn Borg no le bastaron para frenar la remontada de Isner, que colocó 14 saques directos y arrasó en el superdesempate con el que se resolvió el duelo. McEnroe sí que aleccionó a su compatriota Isner para que reaccionara.
Federer y Nadal no fallan
A continuación, se enfrentaron Federer y el controvertido Kyrgios, que empezó dominador y fue perdiendo fuelle ante la clase y la vergüenza torera del helvético, que no quería perder frente a su afición. Nadal vivió con especial intensidad el choque de su eterno rival ante uno de los que más problemas le ha puesto en los últimos tiempos y con quien mantiene una relación algo tensa. Federer estuvo contra las cuerdas ante un Kyrgios bastante respetuoso, pero en el segundo set rompió el servicio del australiano para ponerse con 6-5 y saque, y no desaprovechó la oportunidad de llegar a un desempate donde fue superior. Roger celebró el triunfo como si fuera un Grand Slam, con rabia y furia, como su compañero Nadal, que alargó la racha europea contra Milos Raonic.
No fue fácil el triunfo del balear, que se tomó el partido con una seriedad abrumadora. No se permitió sonrisas ni frivolidades, aunque protagonizó algunos tantos espectaculares que levantaron de sus asientos al público suizo. De inicio tuvo que salvar bastantes bolas de quiebre en sus tres primeros servicios. Lo hizo y rompió el de Raonic en el séptimo juego. Luego ganó los dos siguientes y se llevó el primer set. En el segundo desató su juego y aunque su rival se puso por delante pronto (3-2) fue capaz de reaccionar y alcanzar el desempate. Federer le había dado la fórmula entre risas: "Dale vueltas a la bola, córtala... ya sabes, como en los viejos tiempos". Ahí empezó muy fuerte, con un 6-0 al que llegó con un banana shot espectacular, casi a ras de suelo, que provocó el delirio de la grada. "Hay un gran espíritu de equipo, por eso pudimos lograr dos Laver", dijo Nadal, después de bromear sobre sus dotes de entrenador: "Lo hago mucho mejor que Roger".
Faltaba el dobles, y 20 minutos después de vencer a Raonic, Nadal salió a por todas con Tsitsipas. No empezó bien la cosa para ellos ante Kyrgios y Sock (un especialista pelín pasado de kilos), que controlaron sus servicios y rompieron una vez el de sus rivales para adelantarse en la primera manga. Parecía que su victoria sería fácil, pero Tsitsipas tiró del tándem continental apoyado en la seguridad de Nadal y entre los dos igualaron el marcador con dos quiebres, en mitad de un ambiente mucho más distendido que el de los duelos individuales. No hubo problemas entre el español y el aussie, simpático al bordar su papel showman en un torneo de exhibición competida que le viene al pelo. Nadal se lo pasó bien igualmente. "Tenemos que ser más claros con las señas de los dedos, porque no te entendí", le dijo a su compañero provocando las carcajadas de Federer. El partido se fue al super tie-break, a diez puntos con diferencia de dos. En esa suerte, más mental que física, se impusieron los mundiales con algunas intervenciones geniales de Kyrgios.