Dimitrov jubila a Federer
Dimitrov superó por fin a Federer (7-1 en el balance), que acusó unas molestias cervicales y no suma un título desde Australia 2018. El búlgaro se medirá a Medvedev.
Suena duro decirlo y otras veces ya se le dio por muerto, pero parece que a Roger Federer puede haberle llegado el momento de dejarlo, si no ahora, en 2020 con un último baile en los Juegos Olímpicos de Tokio. El suizo de 38 años, ganador de 20 Grand Slams, para muchos el mejor tenista de todos los tiempos, lleva sin levantar un major desde el Abierto de Australia de 2018, y aunque se vieron brotes verdes en Wimbledon hace un par de meses cuando llegó a la final y cayó contra Djokovic tras desperdiciar dos bolas de partido, por unas cosas o por otras parece incapaz de agrandar más su leyenda.
Este martes, en el US Open, Grigor Dimitrov, que nunca había ganado a Federer en siete enfrentamientos, superó por fin a su espejo, al jugador que admira y de quien ha imitado el estilo. Le ganó, tras escapar de dos desventajas, en cinco sets y 3h:12: 3-6, 6-4, 3-6, 6-4 y 6-2. Esta vez, el helvético acusó unas molestias por las que pidió un tiempo muerto médico antes del inicio del quinto set, aunque tras el encuentro aclaró que tenía un problema cervical y no quiso ponerlas como excusa. "Es el momento de Grigor, no el de mi cuerpo, así que todo está bien. Noté dolor esta tarde, pero estaba bien para jugar, no era como para retirarme o algo así. Él consiguió sacarme del partido, luché con lo que tenía, así es". El año pasado cuando el australiano John Millman le eliminó en octavos, dijo que no pudo con el fuerte calor y la humedad que hizo ese día en Nueva York.
Ajeno a los problemas de Federer, Dimitrov no escondió su alegría por llegar por tercera vez a las semifinales de un major (tras Wimbledon 2014 y Australia 2017). Y esta vez con más mérito, porque a la Gran Manzana este año vino sin ser cabeza de serie, en el puesto 78 de la clasificación ATP (tuvo una lesión de hombró que le hizo perder posiciones). Nadie en el torneo había llegado tan lejos con un ranking tan bajo desde Jimmy Connors (174º) en 1991 (en Wimbledon 2008 el alemán Rainer Schuettler llegó a la penúltima ronda como número 94). En semifinales se enfrentará a Medvedev.
Extraño camino
Federer dijo antes de empezar el campeonato estadounidense que llegaba con "las mejores sensaciones en mucho tiempo". Después arrancó sin energía y con dudas, en dos partidos en los que cedió un set contra el desconocido indio Nagal y el bosnio Dzumhur. En la tercera ronda despertó con una demostración de fuerza ante el británico Evans, al que destrozó en 1h:20 antes de hacer lo mismo contra el belga Goffin en 1h:19. Roger pone fin a su año de Slams con un mal balance para un mito como él: derrota en octavos de Australia contra Tsitsipas, en semifinales de Roland Garros ante Nadal, en la final de Wimbledon frente a Djokovic y en cuartos del US Open, donde Dimitrov, apodado muy a su pesar Baby Federer, le ha dado la puntilla.
Ahora, el camino de Nadal en el torneo sí que parece despejado, sin Djokovic ni Federer en el horizonte. Aunque le quedan rivales de entidad, como Medvedev y el propio Dimitrov, siempre que supere este miércoles a Diego Schwartzman.